El último informe elaborado por el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra), vinculado a la CTA, da cuenta que desde inicios de 2008 se asiste a una elevación ininterrumpida en los salarios reales de los trabadores registrados. Los mismos se expandieron –en términos reales– un 14,6 por ciento entre el primer trimestre de 2008 y el segundo de 2011 pese a la inflación. No obstante, el mismo documento estadístico alerta sobre la “recuperación acotada de los salarios reales del conjunto de la población ocupada” (obreros formales e informales). Hasta 2007, los salarios reales del conjunto de los ocupados mostraron una sensible recuperación tras la aguda contracción que habían experimentado en el año 2002. Pero a partir de ese momento y hasta mediados de 2010 dichas remuneraciones permanecieron prácticamente sin modificaciones sustantivas.
En este sentido, el informe de coyuntura de Cifra muestra que entre el segundo trimestre de 2011 e idéntico período del año anterior los salarios reales de los obreros “en blanco” se incrementaron un 4,8 por ciento por encima del ritmo de variación de los precios. En la actualidad, el salario real de los trabajadores formales se encuentra un 23,8 por ciento por encima de los valores prevalecientes a fines del régimen de convertibilidad.
Si bien a lo largo del último año se observa un aumento en el ingreso del conjunto de los ocupados (obreros formales e informales), con una suba del 5,2 por ciento del salario real, lo cierto es que en la actualidad el ingreso laboral del conjunto de los ocupados se encuentra –en términos reales– apenas un 4,1 por ciento por encima de los valores que regían antes de la devaluación.
Desde la vuelta de las negociaciones colectivas en el mercado de trabajo en 2003, anticipar cifras y porcentajes en la previa a las negociaciones salariales se ha convertido en folclore. Este año la puja se dará en un contexto mundial difícil, con una crisis internacional que golpea a las principales potencias, cuestión que incidirá en la pelea local. Cada sector, representado en los distintos convenios colectivos, hará prevalecer su propia realidad en torno al avance del poder adquisitivo de los salarios, mellado por subas de precios.
Sindicalistas, empresarios y funcionarios se refirieron en los últimos días a las futuras paritarias. Los representantes de los trabajadores repitieron que no quieren topes a la hora de negociar un aumento en los haberes y hablaron de una suba que debería rondar el 25 por ciento, acorde al “índice supermercado”. Mientras tanto, los hombres de negocios buscan interponer diques de contención a los reclamos y pretenden un acuerdo por debajo de los niveles del año pasado, al tratar de fijar el techo de suba en un 18 por ciento, aunque la negociación no es uniforme. En tanto, desde el gobierno nacional, árbitro en la puja, piden “responsabilidad” y “racionalidad” a ambas partes.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) indicó que los sueldos crecieron en 2011 un 27 por ciento promedio, contra pautas salariales arregladas por convenios de entre el 25 y 30 por ciento. En los últimos doce meses los ingresos de los trabajadores privados aumentaron 33,8%, lo de los trabajadores “en negro” el 31,9; y los de los empleados del sector público el 9,62. La disparidad en los porcentajes obedece, entre otros factores, a que los gremios formalizan sus convenios colectivos de trabajo en distintas fechas.
El aumento del empleo formal posibilitó una contracción del trabajo no registrado, que pasó de representar a un 49,2 por ciento de los asalariados en 2002 a un 34,4 en el primer semestre de 2011. Según Cifra, se crearon más de 350 mil puestos de trabajo registrados a lo largo del último año. Sin embargo, el trabajo irregular permanece en niveles elevados y similares a los verificados a mediados de la década del noventa.
