Luego de ratificar que no habrá una prórroga de la entrada en vigencias de las traba a las importaciones como solicitaron los empresarios argentinos, el Gobierno minimizó el conflicto con los industriales brasileños, que se quejan por las restricciones que sufrirán el ingreso de sus productos al país.
«Es lógico que aparezcan discusiones», afirmó el Vicepresidente en ejercicio de la Presidencia, Amado Boudou, pero aclaró que esas diferencias en la relación comercial bilateral «se circunscriben a menos de 6% del total del volumen de transacciones entre ambos países».
De esta manera, se espera que la resolución de la 3.552 de la AFIP que impone la obligación de pedir autorización por cada importación que se quiera realizar entrará en vigencia con su publicación en el Boletín Oficial en las próximas horas.
Boudou destacó durante un acto en la localidad de Coronel Suárez que el comercio exterior entre la Argentina y Brasil se ha triplicado en los últimos años. Según dijo, los dos gobiernos «han llevado adelante políticas de crecimiento armónico, articulando el comercio».
Ámbito Financiero reveló que el país vecino acumula 78 meses consecutivos de superávit comercial. Datos del Ministerio de Industria a cargo de Débora Giorgi revelan que la Argentina representó el 19,5 % del superávit comercial de Brasil en 2011 y en el último año el déficit argentino con Brasil fue de 5.800 millones de dólares, con un crecimiento interanual de las compras a Brasil del 23 %.
Las declaraciones de Boudou llegan poco después que el ministro de Industria de Brasil,Fernando Pimentel, afirmó que las relaciones comerciales con nuestro país han sido «un problema permanente» para los brasileños. «Tenemos buenas relaciones políticas, pero económicamente es difícil lidiar con ellos», había dicho la semana pasada el ministrote Dilma Rouseff.
En tanto, este lunes, el director brasileño de la Federación de Industria de San Pablo, Fernando Bessa, cuestionó la nueva los nuevos procedimientos para vender sus productos. «Argentina ya no puede más aislarse del mundo porque no es una isla», sostuvo el empresario, y justificó que la única forma de competir en el mundo es a través de importación de productos que permitan fabricar productos industrializados.
