“Nos recibieron bien. Nos aseguraron que iban a poner todo el esfuerzo de su parte y que no sólo no iban a paralizar ninguna obra, sino que iban a hacer más”, dijo con evidente alivio el titular de la Uocra Rosario, Sixto Irrazábal. La plana mayor del gremio de la construcción fue recibida en la mañana de ayer en el Ministerio de Obras Públicas y Vivienda de la provincia, y allí fue la primera sorpresa. “Pensábamos que nos iba a atender solamente el secretario, pero ahí estaba también el ministro”, apuntó Irrazábal. Así, desde el vamos se distendió el clima. Tanto el ingeniero Norberto Tarragó, secretario de Obras Públicas, como Julio Schneider, el propio titular de la cartera, dieron a entender a la delegación sindical que en cuestión de horas “estaría solucionado” el problema que los había puesto en la misma mesa, que es la suspensión de 70 de los 230 obreros que trabajan en las viviendas de la llamada Zona Cero, en el norte de Rosario, y la cesantía de 35 de los 140 trabajadores que están empleados en la construcción del Hospital Regional Sur, en el extremo opuesto de la ciudad. Estos últimos, que directamente habían quedado en la calle, serían reincorporados entre hoy y mañana.
Irrazábal confiaba ayer en que la solución llegaría hoy mismo. El diálogo del gremio con las empresas Riva SA, a cuyo cargo está la primera etapa del hospital que se alzará en Circunvalación y San Martín, y CIC, que trabaja en la urbanización de avenida Granel y Cullen y Ugarte estaba previsto para primera hora, y los resultados se iban discutir en asamblea en la paralizada obra de zona sur. Todo indicaba que las suspensiones y despidos se iban a revertir a partir de la normalización del pago de certificados de obra por parte de la provincia.
“A nosotros nos importan los puestos de trabajo, no que a las empresas les paguen”, marcaron desdela Uocra. Perolo cierto es que, conflicto sindical mediante, las contratistas también se están asegurando una normalización de los pagos.
De igual modo, el sindicato recibió noticias tranquilizadoras: ante la versión –¿interesada?– sobre una merma de la obra pública, el ministro Schneider y el secretario Tarragó aseguraron a la directiva gremial que lo que ya empezó seguirá, y que habrá más. Si todo sale bien, sólo resta que el bálsamo llegue a las familias de los trabajadores, con la reincorporación.