El ministro de Economía Hernán Lorenzino ensayó ayer algunos pronósticos domésticos para el año que ya arrancó. “Vamos a tener un buen año, con crecimiento, actividad económica, creación de empleo y un mercado interno robusto”, sostuvo con optimismo, y agregó: “Esto más allá que desde la economía internacional no vienen vientos favorables”. El funcionario repasó logros de la gestión kirchnerista, los desafíos pendientes, se refirió al dólar y también habló del acuerdo que buscará Argentina para saldar la deuda con el Club de París.
“Hay un gobierno que tiene muy en claro que el modelo tiene como norte el crecimiento, el empleo y la inclusión social, y esto se va a seguir manteniendo y se va a seguir haciendo”, destacó Lorenzino en declaraciones a una radio porteña. “Lo que vemos es que de afuera no va a venir lo que a algunos les encanta llamar viento de cola para Argentina. Ahora bien, esto no hace que nuestra visión de la economía doméstica no deje de ser optimista. Creo que va a ser un buen año, un año de crecimiento”, evaluó
Además, el ministro descartó presiones sobre la moneda estadounidense: “Descarto cualquier posibilidad de movimientos bruscos en el dólar. El Banco Central tiene capacidad para regular y dispone de reservas”. En este sentido, aseveró: “Como dijo la presidenta (Cristina Fernández), hemos enfrentado movidas especulativas y hoy el tipo de cambio se mantiene estable y seguirá estándolo, con este modelo de flotación administrada”.
Lorenzino dijo que si bien “la Argentinaatravesó el 2011 con una economía que desde afuera no ayudó, y mirando para 2012 se ve que esas turbulencias persisten y no está claro hacia dónde va a rumbear la economía internacional, el país tuvo un buen año porque la presidenta ha marcado claramente que éste es el modelo, y que tiene metas de crecimiento, creación de empleo e inclusión social, muy a diferencia de otros países”.
El ministro que reemplazó en el cargo al vicepresidente Amado Boudou indicó que en 2011 “una vez más el gobierno ha ratificado el rumbo iniciado en el 2003 con el ex presidente Néstor Kirchner, y continuado hasta hoy por la presidenta”. Destacó que “el resultado fue más aportes a la seguridad social”, en la “recaudación de impuestos, la tasa en materia de cobertura, jubilaciones, plan de asignación universal por hijo, todo esto que es inversión directa”, repasó.
Más adelante, Lorenzino resaltó el dinero invertido en “Yacyretá y otras obras de infraestructura”, así como lo destinado a los “subsidios, donde el componente al transporte y a la energía ha sido muy importante, por eso hay que entender los resultados”.
Al ser consultado sobre la crisis de deuda que atraviesan países de Europa, recordó: “Argentina tenía una situación parecida y la voluntad política de pararse frente a los acreedores y renegociar la deuda, en una forma que creíamos sustentable para la economía del país, hizo que hoy la deuda no sea una preocupación”.
En la misma sintonía, el ministro de Economía definió: “Hoy no le pone límites a nuestra agenda y hay que entender que en nuestra situación es absolutamente manejable con las cuentas públicas de Argentina, y eso otorga fortalezas”.
En particular, sobre la cancelación de la deuda con el Club de París, sostuvo que “Argentina siempre va a buscar que la solución a la cual se llegue sea aceptable para los intereses no sólo sustentables sino del país, y seguir trabajando con los acreedores con este objetivo en mente, y en cuanto tengamos un punto de encuentro entre lo que requiere Argentina y es aceptable para los acreedores, se llegará a un acuerdo”. Y abundó: “En la medida que sea aceptable para los argentinos tendremos un acuerdo, sino será más difícil”.
Sobre los fondos buitres, dijo que “hoy es un tema que ha cobrado mucha actualidad, sobre todo con lo que está sucediendo en Grecia donde se viene demorando el acuerdo de deuda porque no se sientan a negociar, porque no quieren un acuerdo”.
“Estos fondos buitres nos han hecho trabajar mucho conla Justicia”, dijo Lorenzino, y definió que siempre han sido “importantes para la obstrucción” de acuerdos, por lo cual “se trata de hacer ver al mundo la necesidad de tratar a estos fondos buitres como un problema existente para la nueva arquitectura internacional”.
