América latina tiene razones para ser optimista sobre el futuro, pero no debería ignorar los riesgos que se derivan de la crisis de la deuda en Europa y de la desaceleración de la economía mundial, advirtieron los expertos en el Foro Económico Mundial que sesiona desde el anteayer en la estación alpina suiza de Davos.
“No soy pesimista en América latina; soy pesimista en el mundo, que es incapaz de ponerlo en orden, y lo que ocurra en el mundo nos afecta, querámoslo o no”, advirtió Enrique Iglesias, titular dela Secretaría GeneralIberoamericana (Segib) en el debate “El nuevo contexto en América latina” que formó parte de la jornada inaugural.
Las repercusiones de la crisis de la deuda de Europa pueden llegar de forma directa o indirecta al “nuevo mundo” en, advirtió Iglesias a participantes en el debate partidarios de hacer alarde de optimismo.
El débil crecimiento en la eurozona o incluso la recesión en algunos países tendrán un “impacto sobre el activismo de Europa con respecto a nuestros mercados” porque los europeos comprarán menos, lo que también ocurrirá con China, con la consecuencia de que comprará menos materias primas latinoamericanas, advirtió el funcionario.
Frente a eso, Iglesias se mostró favorable a que los países que en América latina tengan capacidad para ayudar a los países en dificultades a través de los organismos existentes, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo hagan.
“Tienen que hacerlo”, insistió.
Tras lograr bases macroeconómicas sólidas –estabilidad financiera, poca deuda relativa comparada con los países desarrollados, baja inflación–, comerciales –apertura de mercados asiáticos y creciente mercado regional que ha abierto espacio para 500 empresas de la región–, estabilidad democrática y un énfasis creciente en la educación, América latina tiene que pasar a un estadio superior, pregonaron diversos expositores.
“América latina tiene que diversificarse”, recomendó el profesor venezolano Ricardo Haussmann, director del Centro para Desarrollo Internacional del Harvard Kennedy School, dela Universidadde Harvard en Estados Unidos.
“Esta idea de que uno tiene que especializarse en sus ventajas comparativas es un error”, dijo, criticando la falta de “una política (estatal) para garantizar la diversificación creciente de su capacidad productiva”.“Si no tenemos bien puesto el foco en expandir nuestras posibilidades nunca vamos a alcanzar niveles de desarrollo más ambiciosos”, advirtió. También hay que trabajar más en la integración regional.
“Necesitamos más integración. Nos apegamos demasiado al modelo europeo en nuestro orden”, advirtió Iglesias, que abogó por una mayor “apertura mental” para innovar.
Para Mauricio Cárdenas, ministro de Minas y Energía de Colombia, se necesita “más acción y menos reuniones” y al igual que Iglesias mucha más integración, remarcó, dando como ejemplo la energía.
“El estado del capitalismo está mucho más focalizado en áreas donde hay oportunidades de crecimiento”, dijo en el debate que compartió con Lorenzo Mendoza, presidente de la empresa Polar de Venezuela, y Guillermo Ortiz, profesor de Instituto Tecnológico Autónomo de México, moderado por Haussmann. Para Ortiz, América latina “nunca ha estado mejor para progresar”, afirmó, aunque instó a reforzar la “institucionalidad”.
Brasil, cuya economía representa “la tercera parte o más del total de la economía latinoamericana”, tiene un enorme potencial e influye claramente en toda la región y sobre todo en Sudamérica, recordó Iglesias.
Pero lo que le ocurre, según Haussmann, es que “cuando tiene el primer éxito parcial se creen los campeones del mundo y dejan de jugar a la pelota”. Otro nicho de oportunidad, según Haussmann, es la tecnología.
“Estamos ausentes de una gran cantidad de industrias donde hay tecnología que está inserta en esas organizaciones, en la gente que trabaja en ellas y en las formas de operar esas organizaciones”, dijo.