El gran buque de bandera africano que hace ya nueve días se encuentra encallado en el Río Paraná a la altura de la localidad de Fighiera seguía ayer varado en el mismo lugar. Con esa realidad, el barco sigue obstaculizando gran parte del tráfico marítimo comercial de los puertos de la región. Igualmente, este jueves hubo una buena. Es que ayer por la mañana se autorizó por primera vez la partida de embarcaciones cargadas desde algunas terminales y al final del día se estimaba que serían unas diez las naves que, siempre monitoreadas por Prefectura, pudieron cruzar la zona. En tanto, también se espera que dicha fuerza de costas vuelva a autorizar las tareas de reflotamiento del navío oriundo de Liberia, las cuales tuvieron que ser suspendidas.
A pesar de que hace ya algunos días se viene anunciando que la posibilidad de desencallar el Aristeas Pestá al caer, el inmenso buque liberiano sigue varado en el mismo lugar. Igualmente, personal de Prefectura autorizó por primera vez ayer, y desde las 8 de la mañana, la salida de barcos que “bajan” cargados desde los puertos de San Lorenzo, Timbúes, Puerto General San Martín y Rosario.
Prefectura es la encargada además de regular el paso de los navíos, aunque solo “a condición” de que estos sean acompañados por remolcadoras.
Hasta el mediodía de ayer habían traspasando la virtual barrera fluvial unas cinco embarcaciones. Y la estimación era que hasta que bajara el sol fueran unas 10 las que lo hicieran.
En tanto, ayer se siguió facultando el paso de algunas embarcaciones vacías que subían desde el Río dela Plataa cargar a las terminales, algo que había comenzado anteayer con tres buques. Como lo explicara ayer El Ciudadano, al estar sin carga una nave baja fuerte su calado; ocupa unos5,20 metrosbajo la superficie del agua, lo que otorga una ventaja clave. Un buque de porte medio con mercadería posee, en cambio, un calado de9 metros.
Si bien toda esta situación representa un avance, también acarrea una complejidad. Es que, en el momento en que las naves deben pasar a la altura del buque africano, los remolcadores que tienen por fin comenzar a mover al gran Aristeas P deben suspender sus tareas de reflotamiento. “Un remolcador que está tirando a la máquina liberiana hace mucha fuerza. Y por eso pueden salir como tiro en algún momento y cruzarse con los navíos que están pasando”, graficó una fuente consultada.
Para hoy se espera que Prefectura vuelva a autorizar esa tarea de salvataje, que ayer se suspendió por completo. La misma consiste en el traspaso de granos de ese buque a diferentes barcazas. El objetivo del alije –ése es el término técnico de la tarea– es alivianar el peso del encallado, para que recupere poder de flotación.
El buque de bandera liberiana Aristeas P había zarpado desde la terminal VI de San Lorenzo hace ocho días y quedó varado a la altura de Fighiera, con 36 mil toneladas de pellets de soja. Hasta hace algunas horas el buque estaba obstruyendo la salida de al menos 13 barcos que esperaban en el puerto de San Lorenzo, otros 8 anclados en Rosario y 28 que esperaban en los pontones del Río dela Platapara ingresar aguas arriba. Según estimaciones privadas, y como ya fuera publicado por El Ciudadano, son como mínimo dos millones y medio de dólares las pérdidas diarias –sólo contabilizando coste del alquiler de buques cargados que no pudieron salir en más de una semana– sin sumar a ello derechos de exportación y otros gastos, como el tiempo de espera de los camiones que transportan cereales a puerto, también varados, pero en tierra.