Rusia y China criticaron ayer con dureza la resolución aprobada anteayer por la Asamblea General de las Naciones Unidas contra Siria y advirtieron sobre una actuación parcial de ese organismo internacional. Mientras el embajador de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, calificó de “desequilibrada” la resolución, el representante de China, Wang Min, advirtió que la ONU no debería “complicar aún más los problemas”.
“En mayor medida, refleja las tendencias que nos causan preocupación, como intentar aislar al gobierno sirio e imponer desde el exterior una fórmula de solución política”, sostuvo Churkin, según informó la agencia estatal rusa RIA Novosti.
A juicio de Wang Min, citado por la misma agencia de noticias y Europa Press, la asamblea de la ONU, “en lugar de complicar aún más el problema, debería contribuir a mantener la paz y la estabilidad en Medio Oriente para preservar la unidad de la comunidad internacional”.
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó anteayer por una amplia mayoría una resolución en la que se condenan las “sistemáticas y generalizadas” violaciones de Derechos Humanos cometidas por el régimen del presidente sirio Bashar al Assad, se reclama la renuncia del mandatario y se expresa el apoyo al plan de paz presentado por la Liga Árabe.
Nada dice la resolución, sin embargo, de lo denunciado ayer mismo por el titular de la ONU, Ban Ki-moon, cuando pidió poner fin a la violencia tanto de las fuerzas nacionales de seguridad “como de las fuerzas de la oposición”.
El texto, que no es vinculante y sólo tiene valor simbólico, fue ratificado con el apoyo de 137 países de los 193 que conforman la Asamblea General y contó con 12 votos en contra, incluidos los de China y Rusia –que vetaron un texto idéntico en el Consejo de Seguridad el 4 de febrero– y con 17 abstenciones.
Los otros países que votaron en contra de la resolución de condena al régimen sirio son Venezuela, Corea del Norte, Irán, Bielorrusia, Ecuador, Cuba, Zimbawe, Bolivia, Nicaragua y la propia Siria.
“No aceptaremos que un dictador pueda masacrar a su pueblo”, declaró por su parte el presidente francés Nicolas Sarkozy en París, en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro británico, David Cameron, quien apeló a “meter bajo máxima presión a Bashar al Assad (…) para que detenga la carnicería en curso”. El mismo tono habían usado días atrás Estados Unidos y el Reino Unido, luego de una comunicación telefónica entre Barack Obama y el británico Cameron
Paralelamente, comenzaron a aparecer divergencias en el seno de la Unión Europea, que podría revisar su idea de endurecer las sanciones contra el régimen, según fuentes diplomáticas.
A la vez, en El Cairo, cientos de egipcios y de sirios reclamaron la expulsión del embajador sirio durante una manifestación.