Las mujeres son las que mayoritariamente se responsabilizan del cuidado de niñas, niños, adultos mayores y personas enfermas, según reveló una investigación realizada en el área metropolitana de Buenos Aires por la ONG Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, (ELA). Se trata del primer estudio de este tipo realizado en el país, y se hizo con el objetivo “de abrir el debate sobre el impacto de la distribución desigual de las tareas de cuidado en la vida de las personas”, señala la ONG.
En el informe se explica que el trabajo de cuidar se lleva adelante principalmente en el ámbito de la familia, y es asumido por las mujeres “debido a la naturalización de su rol de cuidadoras”.
Uno de los datos relevados indica que las madres son las principales responsables de cuidar a hijas e hijos, hecho que se da en el 76 por ciento de los casos y en un 50 por ciento ellas lo hacen de manera exclusiva.
En tanto, sólo el 22 por ciento de los papás reconoció ejercer esta tarea. Pero en mayor medida, un 28 por ciento, de la tarea se encargan personas del entorno familiar donde también es predominante la presencia femenina, en especial las “abuelas cuidadoras”.
En tanto, sólo en el 5 por ciento de los hogares analizados se contrata personal para el cuidado de los niños.
“La necesidad de compatibilizar el trabajo de cuidar de la familia y el hogar con las obligaciones laborales es una de las principales dificultades que enfrentan las mujeres para permanecer en el mercado laboral”, asegura ELA.
“También es una de las barreras más importantes en el acceso a los máximos cargos de poder en política, economía y otros ámbitos de la sociedad”, advierte.
La investigación aporta además que “en el 87 por ciento de los hogares los niños y niñas menores de 13 años están escolarizados, siendo el sistema educativo otra estrategia de cuidado importante para las familias”.
Pero este porcentaje desciende a 31 por ciento en los hogares con niños menores de 3 años. “Existe un déficit en la disponibilidad del sistema educativo en el nivel inicial y al mismo tiempo muchas familias prefieren cuidar de los más pequeños”, detalló ELA.
Asimismo, señala que la tasa de actividad de las mujeres que tienen hijos menores “es más baja que la de las mujeres que no los tienen”.
Laura Pautassi, una de las autoras del informe, confirmó que “en los 840 casos analizados, sólo hay un 5 por ciento de adultos mayores de 74 años viviendo con las familias entrevistadas”.
La especialista explica que “las personas dependientes, cuya autonomía funcional es reducida –tal el caso de los adultos mayores– necesitan de recursos exteriores para tener buenas condiciones de vida” .
En relación con este sector de la población y teniendo en cuenta que las mujeres son más longevas “éstas se encuentran más a menudo como “dependientes” y por lo tanto a cargo de las hijas y así sucesivamente, al no existir infraestructura de cuidado para este grupo etário”, señala la investigadora del Conicet.
“En rigor –agrega– lo que sucede es que muchas mujeres –en calidad de esposas, parejas, hijas, nueras– se dedican al cuidado de los adultos mayores de las familias”.
Para Pautassi, “redistribuir el cuidado es el punto central donde la política pública debe actuar, al mismo tiempo que se debe dotar de infraestructura, licencias y demás posibilidades que permitan afrontar esta situación de cuidado, que presenta especificidades por el tipo de etapa del ciclo vital en donde se encuentra”.
“De allí la imperiosa necesidad de hacer visible esto que hoy es invisible”, concluye la investigadora de ELA.