Emanuel Ginóbili sostuvo ayer que no cree que su lesión “sea tan grave”, en relación a la molestia que sufrió en la noche del sábado en el músculo oblicuo interno, en el partido que su equipo, San Antonio Spurs, le ganó a Los Angeles Clippers, por 103-100, en un partido correspondiente a la NBA del básquetbol de los Estados Unidos.
“No creo que sea tan malo como me temía que era. Anoche era muy doloroso, pero los antiinflamatorios ya están haciendo su efecto. Sabremos más mañana, pero tengo esperanzas”, dijo el escolta bahiense.
Ginóbili regresaba a última hora a la ciudad de San Antonio para someterse a nuevos estudios y proseguir con el tratamiento.
El diagnóstico inicial de los médicos que lo atendieron en Los Angeles apenas consumada la lesión indicó que el zurdo número 20 de los Spurs estaba afectado por un “estiramiento del músculo oblicuo izquierdo”.
La lesión en esa zona de las costillas había sido sentida por `Manu` en el cotejo que la franquicia texana sostuvo con Detroit Pistons el martes pasado.
El malestar se incrementó en la noche del sábado, cuando Ginóbili chocó con Kenyon Martin, durante la primera mitad del partido con los Clippers. Por ello, cuando finalizó el primer período, el bahiense abandonó la cancha caminando con mucha dificultad.
El astro del seleccionado argentino que competirá en los Juegos Olímpicos Londres 2012 había sufrido otra lesión apenas comenzada la temporada, cuando se fracturó uno de los dedos de su mano izquierda en el partido jugado el lunes 2 de enero ante Minnesota Timberwolves (96-106).
Danny Green, compañero y sustituto de Ginóbili en la formación principal de los Spurs, confía en que la molestia no sea tan importante, por una experiencia que le tocó vivir a él mismo.
“Yo sé lo que es un oblicuo izquierdo desviado”, expresó Green, que manifestó haber sentido la misma lesión hace casi tres años, cuando militaba para la Universidad de Carolina del Norte, en el campeonato de la NCAA. Su restablecimiento se produjo dos semanas después de producida la molestia.