A dos meses de asumir como concejal de la ciudad de Rosario y una semana después de reunirse con vecinos de Fisherton Residencial para tratar el problema de la inseguridad que se vive en la zona, la edil radical María Eugenia Schmuck fue víctima de un asalto a mano armada en su propia casa. Fue en la madrugada de ayer cuando volvía a su domicilio acompañada por su esposo y sus dos hijos pequeños que una pareja los sorprendió en la puerta de ingreso y, con trato cordial y extrema tranquilidad, pero apuntándolos con un arma de fuego, les pidió que entraran en la casa. En poco menos de media hora y con la ayuda de al menos dos cómplices, la casa fue desvalijada y los ladrones huyeron en el vehículo del matrimonio que quedó encerrado en una de las habitaciones.
“Fueron muy educados. Nos dijeron que no nos iban a hacer nada. Cuando entramos le propusimos que nos encierren en la habitación porque teníamos terror por los chicos. Pero dijeron que no y entraron al dormitorio con nosotros. Yo me quedé mirando la pared y abrazando a mis dos hijos (el varón de seis años y la beba de cinco meses) y a mi marido lo pusieron de rodillas, cabeza al piso y todo el tiempo con el arma apoyada en la nuca”, relató Schmuck a El Ciudadano tras explicar que en ningún momento vieron el rostro de los ladrones.
Mientras el matrimonio y los niños eran vigilados por una mujer y su cómplice, al menos otras dos personas tomaron un plasma, dos televisores, una computadora, una netbook, un DVD, una play station y un I-Pod. Antes de huir también se alzaron con los ahorros de la familia, unos 10.000 pesos, prendas deportivas y el cochecito del bebé que cargaron en el Peugeot 106 modelo 98 de la pareja.
“La mujer es la que controlaba la situación. Fue amable y me decía que no me preocupe que no iba a pasar nada”, relató Schmuck, de 39 años, tras asumir que lo único que le importaba era que no dañen a su familia.
“A mi me salió la mejor actriz de adentro y generé una ficción. Mi hijo de seis años estaba entre dormido, cuando me preguntó le dije que eran unos amigos. Pero cuando vio que le sacaban sus ahorros (unos 500 pesos que hace más de dos años que juntaba) le agarró un ataque de llanto, al que le siguió el de la bebé y los ladridos de la perra”, dijo María Eugenia al recordar uno de los momentos más tensos que le tocó vivir.
“Ahí nos asustamos porque la mujer que tenía el control se empezó a poner nerviosa y me dijo «calmá a tus chicos y calmá a la perra», creo que ayudó nuestra total predisposición y colaboración para que no pase algo peor. Por mí podrían haberse llevarse hasta las alacenas, lo único que quería era que se vayan y que no le pase nada a mi familia”, dijo la mujer.
Su marido, Franco Bartolacci, decano de la facultad de Ciencia Política y RR.II. de la Universidad Nacional de Rosario, se llevó la peor parte ya que durante el tiempo que duró el asalto estuvo arrodillado, con la cara pegada al piso y el caño de un arma apoyada en la nuca.
“Me repetían que no gire la cabeza, que no mire”, relató Franco, de 36 años, quien tampoco alcanzó a ver la cara de los agresores.
El matrimonio contó que hace tres años se mudaron a esa zona de Fisherton (viven en inmediaciones de pasaje Dellarole y Colombres) y que es la primera vez que sufren un robo de estas características. “Ambos tuvimos la sensación de que nos estaba esperando”, dijo María Eugenia tras remarcar que este hecho deja en claro que le puede pasar a cualquiera: “Tener hijos chiquitos no te exime, y ser concejal tampoco”.
En ese sentido, la edil recordó que una semana atrás se reunió con vecinos de Fisherton Residencial para tratar la ola de inseguridad que se vive en la zona, donde aseguran sufrir un promedio de dos robos diarios a mano armada. En ese sentido, la concejal dijo que ya es hora de “dejar de buscar responsables y juntarnos la Nación, la Provincia y el municipio para ver qué herramientas tenemos y qué soluciones encontramos. Hay que dejar de buscar responsables, cuando tenés en peligro la vida de tus hijos es una vergüenza tratar de sacar réditos políticos. Hay que hacer un pacto de colaboración permanente”, resaltó.
La mujer reconoció tener miedo, pero reconoció que es necesario enfrentarlo: “Claro que tengo miedo, pero lo manejo a mi forma, haciendo la denuncia y contándoselo a todo el mundo. El miedo es el mejor amigo de los amigos de lo ajeno”.
La trascendencia que tomó el hecho delictivo no tardó en llegar a las máximas autoridades y el jefe de la Policía rosarina, Néstor Arismendi, quien visitó en persona la casa de la concejal radical.
El hecho ocurrió en jurisdicción de la seccional 17ª y hasta el cierre de esta edición no había imputados identificados como tampoco señales del auto sustraído. El hecho es investigado por el juzgado de Instrucción de la 5ª Nominación, a cargo de María Luisa Pérez Vara.