Una joven profesional demandó la supresión del apellido de su padre, aludiendo que el hombre se desentendió de la relación paterno filial desde su niñez.
La mujer de 29 años realizó una presentación judicial donde solicitó retirar el apellido paterno ya que la mantención del apellido le generó una situación de angustia y frustración que debió tratar psicológicamente.
La demanda recayó en el Juzgado de Distrito Civil y Comercial de la 15ª Nominación, Carlos Cadierno, quien hizo lugar al pedido al entender que en el caso existen justos motivos para la supresión.
En la resolución el juez sostuvo que el abandono en la relación padre-hija configuró una forma de violencia psicológica con consecuencias imborrables y refirió que la mujer sufrió un perjuicio concreto.
El juez explicó que el apellido guarda estrecha relación con la identidad personal lo que se asocia con los valores humanos, fundamentalmente con la dignidad, y que debe respetarse el concepto de pertenencia siendo claro que la demandante no pertenece al grupo familiar paterno.