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Jamás pisó un hospital y enseña a vivir “sano”

Por: Laura Hintze. Es chaqueño, pero llegó de chico a Rosario. A los 85, es referente del naturismo.

La casa donde atiende y vive Víctor Bianco parece haber quedado en el tiempo. Podría ser por la forma, por el color de las paredes pintadas verde agua, por el propio barrio –bien al sur de la ciudad– o porque las personas que se acercan ya saben que tanto el lugar como el instructor, como bien se identifica en la placa que reposa al lado del timbre de su casa, se asemejan a otra época, unos cuantos años para atrás. Víctor Bianco tiene 83 años y hace 65 que trabaja de enseñarle a la gente cómo vivir sano. Conocido por sus libros –que pueden encontrarse en casi todas las dietéticas de la ciudad–, recomendado por las personas interesadas en una alimentación “alternativa”, y dándose a conocer más de boca en boca que a través de grandes publicidades, Víctor Bianco se mantiene sano, alegre y joven siendo lo que mejor saber ser y hacer: instructor naturista, uno de los primeros y más importantes de la ciudad.

“Conocí el naturismo a través de mis padres. Mi madre tenía tifus, que en aquel tiempo era mortal, y se curó por medios naturales con la ayuda de un naturista. Años más tarde me ocurrió lo mismo a mí y a mi hermana, y de igual manera nos sanamos”. Bianco contó su historia sentado frente a su escritorio, el mismo desde el que atiende a cada persona –no sabe cuántas, simplemente porque no tiene interés en sabe-rlo– que se acercan a él para aprender y curarse de una manera “alternativa”.

La habitación no luce muy llamativa: sólo hay algunos libros, un equipo de música viejo e instrumentos que se encuentran en cualquier consultorio médico. Sin embargo, algo diferente se siente en el aire. Una mezcla a viejo, a cocina, a arroz integral y también una sensación mística, que da la confianza como para escuchar a Bianco y tener ganas de iniciar su tratamiento.

Víctor nació en Chaco. Sin embargo, a los 7 años ya estaba viviendo en Rosario. De chico nunca fue a ningún hospital, sino que aprendió mirando. “Éramos 11 hermanos, nueve varones y dos mujeres, y ninguno se operó ni fue a un hospital. Cada problema que surgía era resuelto por mi mamá y mi papá. He visto curar apendicitis, fiebre tifoidea y hasta a un hermano que tuvo parálisis infantil y tras el tratamiento sólo le quedó una secuela en un tobillo”, enumeró. Además de sus padres, Víctor contó con la ayuda de un profesor, “González”, quien le obsequió el libro “El naturismo en el hogar”, donde se detallan todas las enfermedades, con sus síntomas y el tratamiento natural que se debía realizar para curarlas.

Un estudio que “nunca termina”

“Estudié hasta tercer año de medicina, no quise seguir porque la parte farmacológica no la iba a utilizar. También tengo el título en Naturopatía de la Asociación Naturista de Buenos Aires; y aprendí de otras personas que se dedicaban con mucho amor a estudiar el sistema natural. Pero el estudio nunca termina”. Hace 65 años que Bianco aprovecha su conocimiento para enseñar a vivir sano. Hoy con 83, piensa continuar así hasta los 100. “Y si tengo ganas, hasta los 120”, alardea. Entre tantos años –que no aparenta– Bianco puede dar la seguridad de que en Rosario las cosas cambiaron “maravillosamente” y hay cada vez más  interesados en conocer nuevas formas de vivir.

Placeres que no dañan

“A las personas les ensañamos a alimentarse, las desintoxicamos, y así los problemas de salud y las enfermedades van desapareciendo”. La premisa de la que parte el doctor es simple, hay que modificar los alimentos y también las costumbres. “Hay que trabajar y darse tiempo de hacer nada, para escuchar un poco de música, hablar con algún amigo, tomar un poco de sol, salir a dar una vuelta. Hay muchos placeres naturales lícitos que no me van a llevar a la enfermedad”. Bianco llevó esos placeres lícitos a todos los aspectos de su vida. Fue hasta músico. “He tocado el bandoneón en orquestas como la de Domingo Federico”, dice y agrega: “El bandoneón es muy especial, tiene un sonido que se mete adentro del corazón”. A la vez, es un buen lector de “literatura en general”, pero en especial la relacionada “al yoga y la India”. Es que, se justifica, la salud completa contempla tres aspectos: “físico, mental y espiritual”.

Desintoxicación en tres meses

El tratamiento que propone Bianco dura cerca de tres meses: “Primero se desintoxica a la persona, luego se empieza a nutrirla y alimentarla bien. Así me van visitando cada dos semanas, en las que también les enseño a relajarse, cultivar ideas positivas y ejercicios respiratorios. Una vez sanos, los pierdo como clientes pero los gano como amigos”. No es fácil precisar cuántas personas pasan día a día por la casa de Bianco: él afirma que no le interesa contarlas, y que vaya el que tenga curiosidad. Sí dice que los que más lo visitan son los jóvenes y los psicólogos. “Será porque piensan con más claridad”, agrega, entre risas.

Sin carne y con poca cocción

Partiendo de la base de que “la alimentación del argentino es muy desequilibrada, con excesos de proteínas y de hidratos de carbonos refinados”, Bianco propone reencontrarse “con lo que ofrece la naturaleza”. Por eso, una de las bases del sistema naturista es dejar cualquier tipo de carne. “Además del vegetarianismo, existe el sistema crudívoro, cuyo beneficio es grande pero no es fácil llevarlo a cabo. En lo crudo está la energía vital del sol, y las vitaminas y minerales en toda su pureza, por eso ejercen un efecto curativo en el organismo y se aconseja que en cada plato haya un 50 por ciento de alimentos crudos”.

La máquina perfecta

“El organismo”, resumió Bianco, “es la máquina más perfecta que hay. Pero por ignorancia, por darnos gustos, o lo que nos convenga, caemos en la enfermedad. Vamos castigando al organismo y si bien vamos al médico, los medicamentos son muletas o bastones, no soy fanático de decir que no hay que tomar remedios o no operarse, aunque sí deberíamos valernos por nuestros propios medios. Todos los medicamentos tienen contraindicaciones, pero pueden ayudar corrigiendo síntomas. La diferencia con el naturismo es que va a la causa, y el remedio al síntoma. El naturismo aplica lo que dijo Hipócrates: que tu alimento sea tu medicina. Sin ser un fanático, ¿no?”.

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