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Daia Rosario pidió justicia

Por Elisa Bearzotti.- En el 20º aniversario del ataque a la embajada de Israel, la comunidad judía en la ciudad realizó un acto para “generar los anticuerpos que la memoria provoca”. Reclamaron continuar con las investigaciones.

Con la presencia de representantes de la comunidad judía, autoridades municipales, provinciales, religiosas y civiles, se conmemoró ayer en el Museo de la Memoria el 20º aniversario del ataque a la embajada de Israel en Buenos Aires. Durante el emotivo acto realizado para “generar los anticuerpos que la memoria provoca”, de acuerdo a lo expresado por Daniel Epstein, presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia), filial Rosario, se recordó a las veintinueve víctimas y se pidió no ceder en la búsqueda de la verdad.

El dirigente de la comunidad judía declaró: “Estamos aquí para generar los anticuerpos que la memoria provoca, no buscamos venganza, buscamos comprensión”.

Al rememorar el suceso ocurrido el 17 de marzo de 1992, dijo que “el terrorismo esconde su cara”. “En el acto terrorista no hay nadie con quien discutir, nada que interese debatir, no hay ideas, sólo un sistema totalitario, cerrado, fanático. Su política es imponer sus deseos, no importan los medios ni quien salga lastimado”, indicó, y llamó a no abandonar la búsqueda de justicia y el pedido de esclarecimiento del atentado.

También la intendenta Mónica Fein recordó “el horror y la indignación que aquella mañana de marzo de 1992 sobrevoló el cielo de este país”. En ese marco, aseguró que “no hay argentino que no se pregunte por las razones que impulsaron a cegar decenas de vidas de hombres y mujeres inocentes que fueron sorprendidos por ese estallido”.

Con el reclamo de una mirada profunda sobre el relato de nuestra historia reciente, Fein destacó: “Los argentinos nos sentimos orgullosos de cobijar en nuestro territorio a todas las personas del mundo que quisieran habitarlo, por eso la conmoción fue aún mayor”.

“En el sitio donde estuvo la embajada de Israel en Buenos Aires, hoy hay una plaza seca que rememora un vacío, como modo de evocar a las víctimas. Ese vacío es el de las familias que se han quedado sin hijos ni hermanos, padres, o madres, el vacío de la muerte y de la violencia que habla a través de los muros agrietados del sitio donde ayer hubo vida”, recordó la intendenta.

“Si logramos que la justicia llegue, la verdad desplegará sus dominios, y recién allí sentiremos que los muertos que nunca debieron morir descansan definitivamente en paz, porque merecemos vivir en un mundo donde los ideales de respeto y convivencia estén por delante de cada acción humana”, concluyó Fein.

En el acto también estuvo presente el ex candidato presidencial por el FAP, Hermes Binner. “Hoy estamos acá porque resistimos a la impunidad. Lo peor que le puede pasar a una sociedad, es que estos hechos no se investiguen, no se aclaren. No hay que escudarse en los años que pasaron y borraron señales, hay que seguir insistiendo e investigando, porque necesitamos trabajar por una humanidad mejor”.

A su turno, el senador provincial Miguel Lifschitz habló sobre la necesidad de “no perder la memoria sobre las cosas que pasaron en la Argentina, sobre lo que está impune, hay que seguir investigando, aun habiendo pasado décadas, y confiar en que la Justicia tiene que encontrar a los responsables y sancionarlos como corresponde”.

“Este acto muestra también la unidad de los distintos sectores de la sociedad civil y el ámbito político en repudiar este tipo de situaciones y exigir justicia”, concluyó el legislador.

El museo y la memoria

Por otra parte, Rubén Chababo, director del Museo de la Memoria, mostró su satisfacción por la elección del lugar de parte de la comunidad judía de la ciudad, dado que el museo es “un lugar dedicado a honrar a las víctimas de la barbarie, y esto establece un diálogo entre aquellos que han muerto injustamente a lo largo de la historia”.

“Nos sentimos altamente honrados de recibir a la comunidad judía y a todos los que reclaman por la verdad y la justicia”, agregó el funcionario.

Con relación a las llagas que este tipo de acciones producen en todo el pueblo argentino, consideró que son aún profundas porque “atacan el concepto de Argentina como un territorio, un refugio para los amenazados de la barbarie. En algún momento pensamos que ese refugio era eterno, pero acciones de este tipo son como una grieta, un golpe muy duro para esa creencia, se genera una situación de desazón, es una herida en el gran relato de la convivencia pacífica en suelo argentino”.

Durante el transcurso del acto se entonaron las estrofas del himno nacional argentino e israelí, luego el rabino Daniel Dolinsky recitó una oración, y un dúo de jóvenes entonó los emotivos versos de “Honrar la vida”, de Eladia Blazquez.

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