La situación planteada a partir de la iniciativa empresaria de instalar en Presidente Roca y Zeballos un local bajo franquicia de la conocida disco porteña Esperanto sumará un capítulo más dado que todo indica que en su sesión de hoy el Concejo Municipal aprobará un decreto por el que dispone que el Ejecutivo reabra el registro de oposición para que los vecinos de la zona puedan expresar su opinión respecto a la apertura del local bailable. El boliche, que en territorio porteño se caracteriza por ser vidriera para “famosos” del espectáculo y el deporte, busca replicarse en Rosario en la esquina que hasta hace meses ocupara un salón de fiestas, y varios años atrás una sucursal de la desaparecida cadena de supermercados Reina Elena.
El despacho de la comisión de Gobierno en el que se plantea la reapertura del registro de oposición llegó tras dos extensas reuniones de ese cuerpo. La primera fue el martes, a la que concurrieron funcionarios del Palacio de los Leones. La otra se realizó ayer e insumió varias horas de debate entre los concejales.
La decisión que hoy deberá considerarse en el recinto del Concejo es la que el oficialismo empezó a barajar el martes como la más potable, que incluso en su momento había sido planteada por la intendenta Mónica Fein.
Sin embargo, el despacho de ayer llegó tras un alargo debate. Los dos concejales del bloque Socialista en la comisión, el presidente del bloque Manuel Sciutto y Pablo Colono, la titular de la comisión de Gobierno, la radical Daniela León, y el jefe de la bancada de Unión Pro Federal, Rodrigo López Molina, fueron quienes anticiparon su firma en el despacho de la reapertura del registro de oposición, con varios condimentos que fueron surgiendo en el marco del debate.
Jorge Boasso, de la bancada Radical; María Fernanda Gigliani, del Partido del Progreso Social (PPS), y Roberto Sukerman, del Frente para la Victoria, propiciaron desde ópticas similares que “se reencausara” el trámite –tal el concepto utilizado por Boasso– y con un aditamento: que antes de una nueva apertura del registro éste sea reglamentado.
Entre otros aspectos, en la normativa que se aprobaría hoy se establece la reapertura por 15 días y se incluye la posibilidad de que quienes quieran expresar su posición lo puedan hacer a través del mecanismo de asamblea. Esto es, que uno de los habitantes de un edificio pueda, bajo los diversos requisitos que se exigen para el registro de oposición, representar la opinión de sus vecinos en el condominio.
El texto dice expresamente que se darán por válidas las presentaciones que ya fueron realizadas en las dos ocasiones en las que el registro de oposición estuvo abierto.
A la vez, a partir de una iniciativa del edil López Molina, se incluyó la constitución de una comisión denominada “veedora”, que seguirá el proceso del registro de oposición y estará integrada por vecinos y concejales de la comisión de Gobierno.
Del debate participaron la totalidad de los integrantes de la comisión con el agregado de la concejala Laura Bertotto de Weskamp, de Unión Pro Federal, y Oscar Greppi, de la Coalición Cívica-ARI. Este último fue quien había planteado el proyecto para la reapertura del registro en el que se basó el despacho que hoy tratará el pleno del Concejo.
La concejala Gigliani abrió el debate con una crítica a la calidad de “croquis con inscripciones a mano alzada” sobre el pedido de aprobación para la instalación de Esperanto. También cuestionó que en el plano adjuntado por el Ejecutivo municipal se encuentra dibujada la conexión entre el espacio destinado al boliche bailable y el bar-restaurante “con lo que podría tergiversarse el rubro”. “¿Cómo controlamos el factor ocupacional?”, se preguntó sobre esa posibilidad, por lo que planteó “retrotraer el trámite” a sus inicios. En tal sentido, el edil Roberto Sukerman fue más que gráfico: “No a cero, sino a uno”.
Igualmente, Sukerman reiteró una solicitud que ya ha realizado en varias reuniones de la comisión de Gobierno: estimó necesaria la presencia en el cuerpo del subsecretario de Gobierno, Miguel Pedrana, para que explique detalles de la tramitación.
Por su parte, Boasso aludió a las “desprolijidades en el trámite”, y en tal sentido preguntó “quiénes son los propietarios” del establecimiento, aunque enfatizó que “la mayor desprolijidad es llamar a oposición con un registro no reglamentado”. El concejal requirió precisiones sobre “qué padrón” se utilizó y “cómo fueron las notificaciones”, por lo que propuso “barajar y dar de nuevo”. Por las dudas, aclaró que el objetivo es “no perjudicar ni al inversor ni a los vecinos” y afirmó que el proyecto que elaboró pretendía “reencausar el trámite”.
El titular del bloque Socialista, Sciutto, fue el encargado de responder los cuestionamientos de la oposición, y en ese marco explicó que el proceso de habilitación del emprendimiento bailable está en las primeras instancias y que recién luego de completar el tema del registro de oposición llegará el momento de otras exigencias que se requieren para los locales como el de la discordia.
López Molina insistió en que “la reapertura (del registro de oposición) sea clara, libre, democrática”. Y Boasso volvió sobre su consigna de “reencausar” el trámite, instancia en la cual comparó al Concejo con un tribunal de alzada en el ámbito judicial, que “analiza la legalidad de cualquier tipo de trámite”. En esa línea, reiteró la necesidad de “reglamentar” el registro de oposición y planteó que uno de los puntos debería ser convocarlo por intermedio de tres medios escritos, radiales y televisivos. Además, consideró que se debería incluir el plano del local para que los vecinos aprecien sobre qué se oponen o no.
La titular de la comisión, Daniela León, rechazó la idea de “empezar de cero”, y recordó detalladamente lo que funcionarios del Ejecutivo explicaron el martes respecto al estado de la tramitación.