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Camino al autoconocimiento

Por Paola Cándido.-A través de cristales y terapias florales, Pamela Bailo Giordana desafía a que el alma sea la guía en la vida. Su método es seguir una filosofía basada en la conexión con la capacidad de autocuración del cuerpo.

Desde chica sintió un profundo amor y admiración por los cristales y las gemas. Ese fue su destino, aunque piense que no lo eligió. Nació en Córdoba, y en las sierras de Unquillo, en las diarias caminatas que hacía con su abuelo, cada vez que encontraba una piedra le pedía permiso para llevársela. Así descubrió que su alma estaba pactada entre las piedras y las flores y aprendió el arte de sanación con cristales. Pamela Bailo Giordana transmite un camino de autoconocimiento con los cristales y las flores: las almas del poder de la naturaleza.

—¿Cuál es el enfoque de su trabajo?

—Desarrollo una integración de distintas terapias vibracionales; me oriento a la terapia con cristales y gemas. Desplegué un método, a diferencia de una terapia convencional, desde lo discursivo, donde hay un ida y vuelta. Primero hay una charla y luego la persona pasa a la camilla, cubierta en puntos energéticos, chacras principales y menores, donde la persona está recostada sobre una camilla con los ojos cubiertos con una almohadilla, boca arriba. Cuando recurrimos a este tipo de terapias, estamos trabajando el todo, hoy, el pasado, aprender a vivir en el estado presente sin temerle al pasado, usarlo como capital de sabiduría, y dejar de tratar de contener el futuro. Podemos moldear nuestra realidad: no hay cambio sin aceptación.

—¿Qué propiedades tienen las piedras?

—De autosanación; al cristal lo activamos nosotros. La persona entra en un estado introspectivo muy profundo cuando se hace una guía de la persona, y en cada uno es diferente; me voy adaptando a lo que cada alma va desatando y abriendo. Los cristales nos llevan a la causa, las piedras nos llevan a la persona con la conexión con el alma por caminos inesperados.

—Las personas, ¿para qué llegan a la consulta?

—De todo un poco: desde casos graves a personas que quieren conocerse más. La consulta se inicia con los cristales y gemas, ejercicios de introspección, para que el alma vuelva a habitar el cuerpo físico, para que la persona atraviese su cuerpo con el campo mental y emocional, y finaliza la consulta con el diagnóstico floral.

—¿Qué revelan las piedras y lo discursivo?

—Tendemos a hablar de lo que menos nos duele; las piedras nos llevan, inevitablemente, a asimilar de manera consciente lo que habla el cuerpo, en un mensaje corporal pero que desde el plano mental está siendo retenido. A lo que nos ayudan los cristales es al proceso reflexivo; ni manejarnos sólo desde el plano emocional, que sería ser impulsivo, ni manejarnos desde lo mental, que sería estar rígidos, y cuando estamos en el intermedio del proceso reflexivo está actuando el ser de manera consciente. Los cristales nos llevan a que el alma nos vuelva a habitar. Lo que pensamos va asimilado a lo que sentimos.

—El alma, ¿acompaña a la razón y a los pensamientos?

—El alma nos acompaña siempre, pero anulamos su manifestación cuando nos manejamos en lo cotidiano; sólo desde los impulsos inconscientes, desde mecanismos de defensa, podemos incluir el reclamo hacia el otro, la espera de que el otro sea algo que no es, es decir, la dependencia emocional, las adicciones desde lo material, vinculares a pensamientos o creencias. Estas técnicas son holísticas: nos llevan al autoconocimiento y a recordar los potenciales que tenemos para salir exitosos de situaciones de aprendizaje, para continuar la evolución del alma y de otros planes superiores.

—¿Qué ocurre cuando le cedemos el lugar al alma?

—La personalidad deja de ser la guía. Cuando le damos ese lugar al alma completamos el plan de vida que ya traemos, no a hacer mandatos autoimpuestos que nos exigen. También aprendimos la autoexigencia para sostener una imagen que es un reflejo que otro está esperando.

—¿Qué rol cumplen los mecanismos de defensa?

—Las piedras ayudan a que la persona pueda identificar en el cuerpo dónde están alojados, que sostenidos en el tiempo enferman al órgano, y los cristales nos llevan directo a la causa y la desenmaraña; y a su vez se traduce en angustia.

—¿Cómo se inicia el camino del autoconocimiento?

—Nos conectamos en un punto de reconocer a qué vinimos y la idea es que no se sostenga por años; es aprender técnicas para hacernos autorrescates, retomar la autorresponsabilidad, porque todo lo que uno vive lo genera constantemente, de manera que se pueda revertir hasta en el acto. Si no lo generamos hoy, es el resultado de nuestra forma de actuar, sentir y pensar del pasado, en donde no recurrimos a la propia guía desde el alma; actuamos desde lo que aprendimos por mandato familiar, social. Todo esto influye hasta que nosotros hacemos el corte.

—¿Qué nos enseña esta técnica?

—A hacer un corte con lo aprendido para empezar a vivir desde lo que elegimos, a hacernos cargo, porque se puede cortar con mandatos de repetición. Cuando se trabaja desde el plano emocional, mental y espiritual, se hace un corte porque el alma se está supliendo a otra historia y repite lo hereditario y eso se puede revertir.

—¿En qué se especializa?

—En flores de Bach, y además trabajo con un sistema floral que se llama Australia, que es en el que hago hincapié; dentro de otro sistema floral es la misma forma de preparado que el otro, pero este es radical, directo y hasta actúa en el plano físico. Hay flores muy potentes que trabajan en este corte de mandatos y luego viene un proceso de mucha angustia porque implica soltar lo aprendido y así quedarnos como desnudos para empezar de nuevo. No todos lo pueden hacer.

—¿Cómo se desarrolla una consulta?

—En una hora; con una frecuencia de una vez al mes es más que suficiente, con un trabajo de entrega muy profundo. Y, dentro de esa hora, hay media hora de trabajo con cristales y gemas donde se abre la compuerta y después viene la parte del intercambio, de lo vivido, de evolución y el desarrollo de la fórmula floral que va cambiando en cada encuentro. Las flores trabajan en el plano mental y emocional, y los cristales y gemas trabajan el plano emocional, mental y espiritual. El cristal es la piedra en estado bruto, generalmente tiene una calidad vibratoria superior, como sale de la tierra; y la gema es algo ya trabajado.

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