El español Rafael Nadal, número dos mundial y siete veces campeón consecutivo del torneo, derrotó al francés Gilles Simon (9º) por 6-3, 6-4 en semifinales del Masters
1000 de Mónaco, y jugará el domingo una muy esperada final ante el serbio Novak Djokovic, actualmente su bestia negra.
El número 1 mundial se clasificó un poco antes al ganar con más dificultades al checo Tomas Berdych, cabeza de serie número 6, por 4-6, 6-3 y 6-2.
Nadal, se mostró mucho más oportunista que Simon, quien tuvo un buen desempeño, y así logró llegar a su octava final consecutiva en la prueba del principado, que ganó en todas las ocasiones precedentes.
“Era necesario jugar este tipo de partido ante Gilles, que lo hizo muy bien (…) Estoy muy contento por haberlo ganado”, destacó Nadal, mientras que el francés quedó “muy conforme” con su juego.
Con estos resultados, el público monegasco tendrá la final tan esperada entre los dos mejores jugadores del momento. Para el manacorí también significará una oportunidad para romper la serie de siete derrotas consecutivas ante Djokovic, todas en finales, la última de éstas en el Abierto de Australia en enero pasado.
Para el serbio, en caso de ganar, se tratará de una excelente preparación y antecedente para el Abierto de Francia de Roland Garros (desde el 27 de mayo al 10 de junio), sobre todo a nivel psicológico ante el balear.
En el caso de Djokovic, que no jugó el año pasado en Montecarlo por una lesión de rodilla, ésta será su tercera final en cinco torneos disputados este año (con victorias en el Abierto de Australia y en Miami) y la número 19 de un Masters 1000 (11 victorias en total).
Berdych, semifinalista en Montecarlo en 2007, lo intentó todo para frenar a su rival y convirtió el partido en una dura batalla.
El checo cedió los primero games y permitió que Djokovic se pusiera 4-2. Pero el serbio volvió a perder la concentración, como en varias ocasiones en esta semana, en la que también le anunciaron la muerte de su abuelo.
Djoko perdió su servicio en el juego siguiente y rompió su raqueta tras un gesto de nerviosismo poco habitual en él, algo que Berdych aprovechó para retomar el control del partido.
En el segundo set el serbio logró cambiar la tendencia e hizo un break al principio, con un viento que complicaba mucho las cosas.
“Jugué bien en el segundo set, fue el momento clave. Volví a recuperar la buena dinámica. El segundo y el tercer set fueron mucho mejores que el primero”, reconoció Djokovic tras el partido.
“Las condiciones era realmente difíciles. Intentábamos conservar la pelota en la cancha. Tuve un poco más de suerte al final”, añadió.
Berdych fue perdiendo precisión a medida que avanzaba el encuentro y volvió a ceder dos veces su servicio al principio del tercer set, pero obligó a Djokovic a agotar todas sus reservas para ganar.
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