Si de poner títulos se trata, hablar de “neo cumbia” puede sonar fragmentario y pedante; Matías Méndez (conocido como El Chávez) lo supo describir como “cumbia del Oeste” y en sentido estricto puede que tampoco conforme a todos, quizás porque la vertiginosidad del sonido no permite –aún– el habitual dominio que da la tipificación. Atravesado por una lógica que consigue oírse original, la música de El Chávez reivindica con una efusiva –y obsesiva– perspectiva lúdica su amor por la fusión generando una nueva identidad: la suya propia.
Por primera vez en Rosario el músico se presentará esta noche, a las 23, en el Café dela Flor(Mendoza 862), para repasar sus discos Morón City Groove y Casanova Style, este último un EP del cual se desprende una de las canciones que sirvió de cortina a El Puntero, la exitosa ficción de Polka.
Repleto de efectos que suenan agradables pero a la vez insólitos, Morón City Groove acunó el tema “Monterrey”, un buen ejemplo de aquella cumbia del Oeste del Gran Buenos Aires a la que a Méndez le gusta referirse. “Hace tiempo trataba de encontrar ese híbrido, esa síntesis de toda la música que vengo mamando y quise darle como un color bien localista. Después de muchos años de producir discos llegué a una especie de síntesis; y lo hice también jugando y metiendo las narices en distintos lugares”, afirmó quien fuera uno de los líderes de Nuca, una ya extinta banda del conurbano bonaerense.
Motivado por el consecuente cambio de mirada sociocultural de los últimos años que habilitó a muchos músicos a reencontrarse con las raíces continentales de un modo vanguardista y experimental, El Chávez, igual que múltiples colectivos artísticos de Argentina y Latinoamérica, aportan su mirada sobre su tiempo sin negar géneros y sumando voces. Un ejemplo en Buenos Aires lo demuestra el sello ZZK que desde un cúmulo de sonoridades dio origen a lo que llaman “cumbia digital”.
“No tuve contacto con los chicos de ZZK hasta hace poco tiempo; y pienso que veníamos en paralelo haciendo cosas muy parecidas”, contó El Chávez, y continuó: “Evidentemente algo ya estaba en el aire porque también pasaba en otros países con experiencias que acá aún no se conocen”.
“Yo creo que todo empieza con Casa Babylon de Mano Negra que, para mí y mi generación, es revolucionario porque nos venía a mostrar algo que teníamos delante y no estábamos viendo”, dijo el músico.
Consultado por los aspectos del desarrollo al que se refería, y que no alcanzaban a percibir con claridad, Matías Méndez apuntó certero: “Eran los formatos puros más folclóricos”. Y continuó: “Ese disco de Mano Negra nos vino a mostrar que se podía tomar eso y adaptarlo al oído y al concepto que uno tiene de esta generación. Meter y mezclar toda esa música con los sonidos que escuchábamos como el reggae y la música electrónica, por ejemplo. Para mí ese fue el puntapié”.
Tanto el EP Casano Style como el LP Morón City Groove –los dos discos del músico– apuestan al concepto de la cumbia desde un lugar que expresa diversión no exenta de mensaje. Con títulos que en ambos casos quieren dejar en claro el lugar desde donde se compone, en el EP está implícita la localidad de Isidro Casanova, un lugar que, como describe el músico en una reseña del disco, “limita con Morón sur y es a la vez el último cordón de conurbano, algo así como La periferia de la periferia (el subdesarrollo del subdesarrollo)”.
“En los últimos años se puso el foco en la cumbia, que es algo bien de acá, bien genuino. La visión que uno le puede dar a esa música la proyecta hacia un estadio nuevo, hacia un estilo nuevo que hace que deje de ser cumbia y pase a ser otra cosa: porque el concepto es otro, sonoramente suena distinto y las letras hablan de otros temas. Es un nuevo nivel, algo distinto”, describió el autor de temas como “Rosamaría”, “Desterrado”, “Monterrey” o “El nervio popular”.
En los 90 (sobre todo) la cumbia estuvo muy tamizada por un prejuicio social; ahora en cambio, empapada de otros géneros, es aceptada por quienes quizás antes la excluían. “Yo escucho mucha cumbia popular pero al tercer o cuarto tema la letra me empieza a hacer ruido y a molestar, las letras tan vulgares me empiezan a hacer daño. Me encanta la música, el concepto y el ritmo pero me pregunto por qué no se ponen a escribir un poquito más copado”, refiere El Chávez, quien describe a sus formas de escribir como “un poco más enroscada”.
“Me permito generar una cumbia que se escuche en otras situaciones porque está emparentada a un audio de música electrónica o de hip hop. Siento que faltaba esto y se notaba en las fiestas cuando se terminaban poniendo cumbias más populares: ahora se puede poner una música súper copada, con letras interesantes y melodías súper ricas. Me seduce ocupar ese espacio”.
Desde su figura de productor, ese espacio también se teje con otras músicas que adoptaron su singular identidad. Un caso emblemático (y no menos reprochado por la primera ola de seguidores dela Bersuit Vergarabat) es En la caravana mágica, último disco del Gustavo Cordera solista –y su tema estrella «La bomba loca»– que introduce esta mirada. “La bomba loca es un ejemplo de lo que te decía antes –expresó Méndez–, una canción que empezó a ocupar el espacio en fiestas y cumpleaños. El disco lo construimos juntos desde cero. Cordera no tenía una banda; tenía las canciones y las ganas de hacer un álbum, y me convocó para construir todo el mundo sonoro y conceptual del disco. A su vez yo llamé a Juanito el Cantor –coproductor con el que trabajamos para Cordera–, e inventamos el sonido. En algunas canciones se nota mucho el estilo de cada uno”.
Cortina de El Puntero, la ficción de Pol-ka que se pudo ver el año pasado por Canal 3, algunos de sus temas indefectiblemente lo llevaron a la masividad tras aparecer en televisión. “Ahí me di cuenta que no quería esperar para editar las canciones que tenía y se me ocurrió hacer este EP (Casanova Style) aprovechando todo lo que había pasado. La televisión nos abrió el panorama hacia un montón de gente que no sabía de nuestra existencia”, remató.
Finalizando el diálogo con El Ciudadano, Méndez también adelantó que está armando un tercer disco que verá la luz a fin de año y que si bien mantendrá la línea de sus sucesores apuntará a adueñarse de la pista. “Ya en este EP todos los temas son bailables, y ahora estoy subido a eso. El disco que viene va a profundizar esa mirada e incluso va a ser más bailable”, concluyó.
Comentarios