El sindicato de expendedores pidió que se respete la venta con débito, especialmente durante la noche.
El Sindicato Obreros de Estaciones de Servicio, Garages, Playas y Lavaderos Automáticos de la provincia de Santa Fe (Soesgpyla) mostró su preocupación por el crecimiento en la venta de nafta súper y gasoil sólo mediante pago en efectivo en la ciudad. Esto se viene dando por la demora que les genera a los empresarios el cobro de las transacciones cuando se realizan a través de las distintas tarjetas de débito, tal como se publicó la semana pasada en este diario. Desde el gremio insistieron con que la presencia de dinero en los centros de expendio eleva considerablemente los riesgos de robo–especialmente en el horario nocturno– y exhortaron a que “no se rompa el compromiso asumido hace un tiempo atrás” de vender las distintas variedades de combustible sólo a través del “plástico” para evitar eventuales situaciones de violencia que terminan siendo padecidas por los trabajadores en el horario que va de 22 a 6 de la mañana.
“El tema nos preocupa sobremanera por los robos que ocasiona tener el efectivo en el comercio principalmente de noche. Nosotros con la cámara empresaria hemos acordado no tener efectivo o, en todo caso, el menor posible en las estaciones de servicio porque no queremos que vuelvan los robos a las estaciones”, remarcó el secretario general del sindicato de los empleados de estaciones de servicio, Ismael Marcón.
Igualmente, el gremialista dijo comprender la situación al analizar que el hecho de cobrar con tarjeta el combustible “le cambia las condiciones al vendedor”. “El estacionero hoy está pasando una crisis importante. De hecho se vende con tarjeta casi el 50 por ciento y eso hace que el empresario no quiera o no pueda disponer de tanto volumen de dinero inmovilizado por 30 días”, explicó.
En ese sentido, Marcón consideró que “salir a endeudarse para poder vender con tarjeta es un problema”. “Es por eso que creemos que debería ser un tema que las petroleras tendrían que rever o por lo menos extender los plazos de pago para abastecer de combustible a las estaciones”, añadió.
“Acá la nafta se compra contra descarga del combustible y eso seguramente debe ser una de las variantes que hace que el estacionero sea reticente a vender con la tarjeta. Nosotros estamos igualmente en contacto con la cámara que nuclea a los dueños de las estaciones de Rosario. Estamos en contacto permanente así que por lo pronto nos pondremos a dialogar en este tema para que no vuelvan los robos y no se rompa ese compromiso que habíamos dispuesto de que en la hora nocturna se tiene que expender exclusivamente con tarjeta”, sostuvo.
Cabe recordar que en su edición del último martes El Ciudadano informó que era cada vez es más común encontrarse con centros de expendio de combustibles que despachan nafta súper sólo con pago en efectivo. Al respecto, desde la Cámara de Estaciones de Servicios, Garages y Afines de Rosario (Cesgar) explicaban que esto se debe a que esa variedad de combustible “vuela” de los surtidores por la diferencia de precio con la premium, de mejor calidad por tener mayor octanaje, y principalmente porque las entidades financieras demoran unos 28 días en efectivizar el pago en los casos donde se abona con tarjeta de débito, lo que les dificulta la “rotación necesaria entre ingresos y egresos” para mantener el negocio en marcha. Lo mismo ocurre con el gasoil, lo cual suma una dificultad a quienes se acercan con sus vehículos a las playas para simplemente “poder seguir andando”.
Por último, frente a esta situación de “escasez” de combustibles, el Concejo Municipal aprobó hace poco más de diez días una iniciativa que establece que de ahora en más será obligatorio para las estaciones de servicio de Rosario la publicación y exhibición, en carteles visibles desde la calzada de cada uno de sus accesos, de la disponibilidad de los diferentes tipos de combustible comercializados así también como los medios de pago aceptados. Las estaciones de servicio contarán con un plazo de 15 días corridos, de promulgada la ordenanza, para la adecuación de su cartelería a los requisitos estipulados.
