“Prefiero el viejo reloj, los viejos espejuelos, las viejas botas, y en política, todo lo nuevo”, confesó Fidel Castro a la escritora Katiuska Blanco, autora del libro Fidel Castro: guerrillero del tiempo, que se presentó el pasado lunes 23 de abril en la Facultad de Humanidades y Artes de Rosario. El lanzamiento del libro, que estará en las librerías el próximo 10 de mayo, contó con la participación del embajador de Cuba Jorge Lamadrid Mascaró y del secretario general del Partido Comunista argentino, Patricio Echegaray, cuya agrupación política provincial organizó el evento.
El libro, que reúne dos tomos de alrededor de mil páginas, es una entrevista que Blanco mantuvo con el líder de la Revolución cubana durante seis horas en las que Fidel relató sus memorias desde la infancia hasta el presente. Sin embargo, el actual volumen no incluye todo ya que se inicia en 1926 y llega hasta el triunfo de la Revolución en 1959. Por esto se espera la aparición de una segunda parte que retoma dicha fecha hasta el presente.
“No estoy contando la historia de Cuba sino simplemente la historia de la vida de Fidel Castro. Es cierto que la biografía de este líder es una columna importante en el devenir de Cuba”, explicó la autora a El Ciudadano cuando aclaró el perfil biográfico del material al tiempo que subrayó: “Si bien es complejo separar la biografía del líder de la historia del país, porque han estado expresamente vinculadas”.
Nacido en 1926 en el poblado de Birán, Fidel es hijo de un matrimonio humilde y eso es algo que a la autora le gusta destacar. Su padre, Ángel, era un inmigrante gallego y tuvo como primer oficio ser carretero. Su madre, Lina, era ama de casa. “Cuando vino un ciclón en 1910 su familia perdió todo y tuvo que emigrar. En ese momento van a Camagüey y el padre acepta un trabajo precario allí”, recalca Katiuska, a lo que agrega una explicación sobre el varias veces recordado estatus de la familia. “Si la familia de Fidel está bien posicionada a partir de un largo período de trabajo y esfuerzo, eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de analizar la formación de Fidel. Su familia llegó a tener, su padre sobre todo llegó a tener grandes extensiones de terreno, sin embargo la cultura de la familia no era al estilo de los terratenientes, quienes eran excluyentes, aristocráticas. Los Castro en cambio eran gente más abierta. La casa natal de Fidel es probablemente la más humilde de la población. La madre es descendiente de una familia cubana de muy larga data pero también de origen humilde, de Pinar del Río, una provincia que se caracterizó por su atraso económico en la Cuba de antes del triunfo de la Revolución”.
Esa combinación de ascenso social que le dio la posibilidad de una buena educación y un origen pobre perfiló el carácter del histórico dirigente revolucionario. Blanco afirma que muchas vivencias de Fidel junto a campesinos pobres marcaron su carácter, pero que la militancia política la adoptó en el ámbito universitario: “En sus años de estudiante, en Santiago, Fidel vive en carne propia la pobreza del pueblo. Había hambre colectiva y eso tiene un peso importante en su formación; sin embargo, él empieza su militancia política en la universidad”. En ese escenario es que el líder del asalto al Cuartel Moncada dirime entre distintas opciones políticas.
“Esos son los aprendizajes que toma de la universidad. En ese período Fidel estudia la historia de José Martí, de otros revolucionarios, conoce en profundidad a la Revolución francesa y finalmente, cuando recibe clases de economía, del capitalismo, allí empieza a reparar en sus crisis periódicas. Eso lo lleva primero a convertirse en un socialista utópico y de a poco se va haciendo comunista”, expresó la cubana.
Por último, Katiuska se anima a dar una opinión sobre uno de los principales líderes políticos de América latina: “Fidel es un hombre sabio, pero no porque haya leído muchos libros sino porque interpreta la vida, porque tiene un pensamiento que integra los saberes. Su pensamiento se basa principalmente en el ser humano, en especial en la vida y en las luchas de la humanidad. A Fidel le preocupan principalmente el bienestar de las grandes mayorías, así como también la felicidad. Aunque no la felicidad entendida como la posesión de muchos objetos sino la vida con dignidad, con decoro, con techo, con comida, con abrigo, con derechos para los hijos, con salud”.