Al menos once personas murieron hoy en un ataque suicida realizado hoy en Afganistán, hecho que se produjo a un año del asesinato de Osama Bin Laden y pocas horas después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, finalizara una sorpresiva visita al país asiático.
El atentado, fue un mensaje contra la visita de Obama, según afirmó un portavoz taliban, Sabiullah Muyahid, citado por la agencia de noticias DPA.
«Los afganos no quieren invasores. Esos tienen que dejar el país», continuó el portavoz. «Tan pronto nuestros muyahidines supieron que el presidente de Estados Unidos estaba visitando Afganistán, planeamos un atentado de represalia», añadió.
Militares afganos rechazaron el ataque talibán contra el complejo Green Village, donde residen soldados y policías estadounidenses y europeos y civiles extranjeros que trabajan para la ONU y otros organismos internacionales, informaron fuentes de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF).
«Las fuerzas de seguridad afganas actuaron eficazmente y rápidamente para rechazar la agresión y eliminar a los atacantes», señaló el portavoz de la coalición internacional, el general Carsten Jacobsen.
Un suicida hizo estallar los explosivos que llevaba consigo ante un complejo de edificios que suele ser frecuentado por extranjeros occidentales.
Otros tres se infiltraron en el lugar y uno de ellos hizo estallar el chaleco con explosivos, mientras que los dos restantes fueron abatidos tras casi cinco horas de tiroteo con personal de vigilancia y fuerzas de seguridad.
Según estas fuentes, en el ataque murieron además cinco civiles afganos, entre ellos uno en edad escolar. También fallecieron dos vigilantes, uno de ellos de origen nepalí y 17 personas resultaron heridas.
Green Village se ubica en la carretera de Jalalabad, una de las principales vías de entrada a la capital afgana.