La marcha de la economía argentina es menos dinámica en 2012. La menor demanda desde los países centrales, y el freno a las importaciones y las restricciones cambiarias en el país, hacen más espesa la expansión de la actividad, en especial en el sector de la industria. Hasta ahora, el sistema financiero y el comercio escaparon a esta dinámica, según datos del primer trimestre.
El Índice General de Actividad de O. J. Ferreres (IGA-OJF) creció apenas 2,2 por ciento en marzo, interanual, y un 0,7 por ciento mensual, en su serie desestacionalizada, un alza acumulada en el primer trimestre de 2,5 por ciento, en relación con el mismo trimestre de 2011. La desaceleración también queda reflejada en los datos oficiales: el Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae) del Indec registró en febrero un alza de 5,2 por ciento, interanual, menor que el 8,9 por ciento de enero. Además, el Emae sólo subió 0,3 por ciento mensual en febrero.
Según datos recabados por el Banco Ciudad de Buenos Aires, la industria pasó de liderar el crecimiento económico de los últimos años a ser uno de los sectores menos dinámicos de la actividad. El sector se habría expandido en marzo sólo entre un 1,7 y 2,1 por ciento, según diversas fuentes públicas y privadas. La medición de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (Fiel) reportó incluso la tercera caída trimestral consecutiva para la industria (-1,4 por ciento sin estacionalidad), lo que ubicaría al sector en una recesión, en términos técnicos. El rubro de producción fabril que más mermó en marzo fue la de sustancias químicas (-8,8 por ciento, interanual), seguido por plásticos (-4,8 por ciento), metales básicos (-4,7 por ciento), refinación de petróleo (-3,4 por ciento) y maquinaria y equipos (-3 por ciento que incluye a la producción automotriz, apuntó Banco Ciudad).
El informe de la entidad financiera agregó que a esos datos se suma una pobre performance del agro en cantidades cosechadas, aunque por precios la realidad es otra: la soja ya cotiza por encima de los 550 dólares por tonelada en el Mercado de Chicago. Además, se deterioró la construcción y el mercado inmobiliario, en parte debido a los controles y restricciones oficiales en el mercado de cambio, y cayó la provisión de servicios regulados como la electricidad, gas y agua, combinado con una menor extracción de petróleo y gas.
La producción agropecuaria cedió un 0,6 por ciento en marzo, interanual, la electricidad, gas y agua cedieron un 4,6 por ciento, las minas y canteras –que incluyen la extracción de petróleo y gas– perdieron un 3,2 por ciento.
Por el lado del gasto, el componente más castigado en marzo fue la inversión. Según datos de O. J. Ferreres, ésta disminuyó un 5,3 por ciento en marzo, interanual. En el primer trimestre del año, la inversión presentó un crecimiento nulo (0,1 por ciento, interanual), que se compara con los aumentos de 14,5 por ciento de 2010 y de 16,4 por ciento en 2011, para el mismo lapso.
“Sólo el sistema financiero y el comercio se mantienen en franco ascenso, aunque a un ritmo menos vertiginoso que en años anteriores”, completó el documento económico. Precisamente, el IGA-OJF señaló que estos dos sectores crecieron por encima de 2,2 por ciento en marzo, interanual. La actividad comercial, impulsada por el consumo, sumó 3,6 por ciento en el mismo lapso, mientras la intermediación financiera ganó 8,5 por ciento.