El cambio de timón de YPF implica un nuevo punto de partida para un gobierno que recuperó el centro político, pero también para los opositores ante próximas pruebas de coherencia y responsabilidad en un país con problemas irresueltos.
La presidenta Cristina Kirchner decidió recurrir a un ingeniero de prestigio internacional como Miguel Galuccio para que tome las riendas de la principal petrolera del país, lo cual de por sí supone un dato alentador en un área que no admite improvisaciones.
Aclaró que la supervisión del plan Galuccio será política. Esa sola definición abre un signo de interrogación sobre los márgenes de maniobra del flamante timonel.
Son antecedentes negativos la corta vida útil que tuvieron en el gobierno otros profesionales reconocidos en sus ámbitos como el ex ministro de Economía Martín Lousteau, y la pobre gestión histórica de cuadros políticos en empresas bajo control estatal, recreada ahora en Aerolíneas Argentinas.
Galuccio puede acelerar las gestiones destinadas a que distintos consorcios internacionales se asocien a YPF para la exploración de yacimientos en la Argentina, especialmente a los de petróleo y gas no convencional de Vaca Muerta, en Neuquén.
Esos anuncios no se harían esperar, dijeron fuentes oficiales a Noticias Argentinas. La Casa Rosada necesita mostrar lo antes posible que la decisión de correr a Repsol de YPF no espantó a inversores ni daña la seguridad jurídica.
Sin embargo y tal como quedó evidenciado en el rico debate llevado adelante por el Congreso, la metodología empleada por el oficialismo para sacar del medio a los españoles hace inevitable el sufrimiento de daños colaterales.
En ese contexto el comportamiento de los opositores no merece las críticas de las que fueron blancos por supuesta incoherencia o falta de coordinación interpartidaria.
Es cierto que no hay un liderazgo claro recortado a 2015 y que algunos bloques mostraron cortocircuitos internos, pero el gran problema viene de antes y consiste en haber pensado a los opositores como un bloque compacto de pensamientos e ideologías.
Agenda opositora
El Grupo A ya no existe más porque no piensan lo mismo en temas clave –como cuál debe ser el rol y el tamaño del Estado– machistas y peronistas disidentes con radicales y socialistas, como quedó reflejado en la votación de YPF.
En esa compulsa, el PRO se opuso sin disidencias, al igual que la mayoría del PJ anti-K, mientras que el pleno del FAP aprobó y la UCR avaló con amplitud (38 sobre 43).
Los referentes opositores pueden sacar enseñanzas del pasado y de este último debate para pensar en modos de acción o en futuras construcciones parlamentarias y electorales.
Mauricio Macri es desde hace tiempo el principal referente de la centroderecha argentina –cuyo electorado es significativo pero no mayoritario actualmente– y representa a partir de ahora a un sector de la sociedad que quiere “oposición” a este Gobierno.
Pero para presentarse como “alternativa” de cara al todavía lejano 2015 necesita engrosar su escuálida estructura nacional con extrapartidarios y mostrar credenciales en 2013.
En el Congreso construye con el peronismo disidente, los radicales alineados con Oscar Aguad y con la porteña Patricia Bullrich, quienes pueden ser la base de sociedades electorales.
En la otra vereda, radicales y socialistas volvieron a mostrar coincidencias. 57 de los votos afirmativos al proyecto oficial procedieron de esas bancadas, sobre 72 respaldos de opositores.
Si bien la UCR tiene un constante debate interno, lo cierto es que el alfonsinismo sigue siendo la línea preponderante y su orientación es cercana a los postulados del FAP.
“Por ahora la idea es que en 2013 no haya alianzas porque será una elección legislativa, pero eso forma parte de un debate que ya se está dando”, indicó una fuente partidaria alfonsinista en relación a la posibilidad de acercarse al frente integrado por socialistas, el GEN de Margarita Stolbizer y otros partidos más refractarios a la UCR, como Libres del Sur.
El socialismo, por su parte, espera reposicionar a Hermes Binner como su referente y también procura fortalecerse sobre la base del Frente Amplio Progresista.
Sin Elisa Carrió, el próximo viernes 18 la Coalición Cívica hará su congreso nacional. Es posible que la fuerza ahora dirigida por Adrián Pérez decida un acercamiento formal al FAP.
Precisamente, en la Cámara de Diputados Horacio Piemonte y Carlos Comi desafiaron el liderazgo de la diputada chaqueña y votaron a favor de la expropiación de YPF.
Subyace en este entramado una versión depurada del Acuerdo Cívico y Social de 2009.
Más allá de los realineamientos, a los sectores antikirchneristas les queda una agenda común por recorrer, especialmente en temas que no requieren de categorías ideológicas como el fortalecimiento del control de los actos de gobierno.
Quizá el año próximo los termine reuniendo de coyunturalmente el discurso de campaña contra una reforma constitucional, que seguramente el ultrakirchnerismo pondrá en debate con la reelección indefinida de Cristina como eje.