Aprovechar las oportunidades para nutrir el sueño del ascenso directo, es el camino a seguir. Instituto tropezó en Córdoba dejando dos puntos en el camino. River y Central hicieron lo suyo y quedaron a un punto de la Gloria. Con la dificultad lógica del momento que los ocupa, pero también con enorme personalidad y la lucha que impone el deseo. Central encontró un Huracán con intención de jugarle de igual a igual, y eso pasó durante el primer tiempo. Cuando el estado físico no marcaba diferencias, y ahí el pibito (18 años) Gonzalo Martínez fue el jugador más importante de la cancha. Pero, para resolver las difíciles está Manuel García, cada vez más firme.
En un ida y vuelta electrizante dejaron la sensación de que el cero a cero, daba cuenta de un partido cerrado, pero solo en los números del fútbol. Por juego, abierto.
Y en ese punto Central cuenta con punto bonus, está muy bien físicamente. Mientras Huracán, que ya cambió varias veces de entrenador, se caía, Central estaba muy fuerte. El físico, sumado al natural deseo por ganar, fueron una combinación ideal para alcanzar la victoria.
A la hora de encontrar la figura, ésta vez la ficha cayó en el 2. Sí, Nahuel Valentini. Aguantó por arriba y por abajo a Cámpora y Milano, cuando eran una preocupación.
Y cuando el partido le empezaba a quedar cómodo a Central, con un formidable cabezazo (aunque Castillejos se lo arrebató) aseguró la victoria. Gran triunfo, no tanto por el rival, pero sí por el esfuerzo desplegado para conseguirlo.