El ex dirigente montonero Fernando Vaca Narvaja, único sobreviviente de la fuga de la cárcel de Rawson en agosto de 1972 que dio lugar a la llamada “masacre de Trelew”, afirmó que el juicio que se inicia hoy en la capital de Chubut “es una oportunidad histórica para que se conozca la verdad”. En tanto ayer, acompañados por funcionarios y organizaciones de derechos humanos, comenzaron a llegar a suelo chubutense familiares de los caídos en la masacre para rendirles homenaje y estar presentes en el inicio del juicio.
“Pasaron casi 40 años y quizá sea un poco tarde pero el juicio es muy importante”, aseguró Vaca Narvaja, actual presidente de la empresa estatal rionegrina Tren Patagónico.
En diálogo con Radio Nacional Viedma, recordó que “después del fracaso de la fuga del segundo grupo, cuando 19 compañeros quedaron retenidos en la base Almirante Zar, Pedro Bonet y Mariano Pujadas pudieron hablar con algunos periodistas y advirtieron que pedían garantías a la Justicia para que no se repitiera lo que había pasado con los obreros de la «Patagonia rebelde»”.
“Pero lamentablemente ocurrió exactamente lo mismo, los mataron a casi todos simulando que se trataba de un nuevo intento de fuga”, añadió.
Para Vaca Narvaja, “la diferencia es que los familiares de los asesinados en Santa Cruz (en el marco de las huelgas de 1921) no tuvieron la oportunidad de que se hiciera justicia con esos crímenes, como espero que suceda en este juicio”.
En agosto de 1972 sólo seis de los presos políticos lograron acceder al aeropuerto y copar un avión de línea para arribar a Chile, donde se les concedió asilo y, más tarde, la posibilidad de viajar a Cuba.
Ese grupo estaba compuesto por Mariano Osatinski, Roberto Quieto, Domingo Menna, Mario Roberto Santucho, Enrique Gorriarán Merlo y Vaca Narvaja. Los cuatro primeros desaparecieron o fueron asesinados durante la última dictadura militar, en tanto Gorriarán Merlo falleció de muerte natural.
Vaca Narvaja volvió al país y desde 2006 está radicado en Bariloche, donde se dedicó a la actividad privada hasta su designación al frente de Tren Patagónico, en diciembre pasado.
El apoyo de los familiares
Familiares de los presos políticos fusilados en Trelew en 1972 llegaron ayer a la base Almirante Zar acompañados por funcionarios gubernamentales e integrantes de organizaciones defensoras de los derechos humanos para rendirles homenaje y estar presentes mañana en el inicio del juicio contra los acusados por esos crímenes.
Hasta ayer llegaron Raquel Camps, hija de Adrián Camps; Luis Lea Laplace, hermano de Clarisa Lea Laplace; Guido Quieto, hijo de Roberto Quieto; Alicia Bonet, esposa de Rubén Pedro Bonet e Hilda Toschi, esposa de Humberto Toschi.
Se encuentran presentes el subsecretario de Derechos Humanos de la Nación, Luis Alén; el ministro de Gobierno y Justicia de Chubut, Javier Toubriñán y Marcelo Duhalde, hermano del fallecido secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.
La base queda a cinco kilómetros de Trelew y apenas se traspone sus puertas de ingreso al edificio, a la izquierda un pasillo lleva hasta el área de celdas donde se produjeron los fusilamientos. A ese sector no accede la mayoría de los manifestantes aunque se van a aproximar los familiares.
Las puertas de acceso a las celdas están con fajas de seguridad para preservarlas para eventuales nuevas pericias.
A través de un vidrio se puede ver que el área que fue reformada no está como en aquellos años. Cintas azules en las paredes marcan la inexistencia de unos muros que ya no se encuentran y que esas reformas fueron parte de maniobras de encubrimiento.
Entre las actividades de ayer se destacó el cambio de nombre al aeropuerto de Trelew donde fueron cercados los 19 militantes evadidos de la cárcel por el de Eduardo Luis Duhalde.