Con coincidencias respecto a la necesidad de preservar la plaza San Martín dado su valor patrimonial y con precisiones sobre la necesidad de estacionamientos “disuasorios” alejados del nudo de la zona céntrica, se realizó ayer la reunión convocada por la comisión de Planeamiento del Concejo Municipal, en la que especialistas e integrantes de ONGs hicieron oír su opinión sobre el proyecto del Ejecutivo que contempla construir estacionamientos bajo nivel, planificando los tres primeros en la plaza del Foro frente a Tribunales, en el Distrito Centro y bajo la plaza San Martín, que parece ser la que menos convence. Tanto, que la reunión tuvo interpretaciones opuestas una vez terminada: mientras para el radical Jorge Boasso quedó claro que “la Plaza San Martín es masivamente rechazada”, para el titular del bloque Socialista, Manuel Sciutto, “en ninguno de los casos hubo manifestaciones en contra de ninguna de las cocheras proyectadas, sino recomendaciones muy constructivas para cada una”.
De la reunión participaron los tres profesores titulares de las cátedras de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura de la UNR, los arquitectos Héctor Floriani, Oscar Bragos e Isabel Martínez de San Vicente, quien además es la decana de la Facultad. Junto a ellos, la directora del Ente de Movilidad, Mónica Alvarado; representantes del Taller Ecologista, y de la Asociación Amigos del Riel, paisajistas y concejales.
Los tres urbanistas coincidieron en cuanto a la necesidad de estacionamientos “disuasorios” lejos del centro “si el objetivo es desalentar el uso del automóvil particular”. Incluso plantearon sitios alternativos.
La decana Martínez de San Vicente, si bien planteó que el centro por definición es “el lugar de las actividades no residenciales”, en el caso de Rosario hay “una gran superficie” destinada a viviendas. Por ello mencionó la importancia de mantener tal característica “dado que en caso contrario suele darse tendencia al abandono”. El ejemplo que dio es el de calle San Luis, sugiriendo que el deterioro se evidencia “aún rescatando edificios de valor patrimonial”.
Aunque la decana admitió como “innegable la demanda de estacionamiento”, consideró que debería avanzarse de manera individual para “monitorear los resultados”. Sobre los tres lugares planteados dijo que en el caso del Distrito Centro “se recuperaría espacio superficial”, la plaza del Foro. Pero en cuanto a la plaza San Martín apuntó que debe preservarse el “valor patrimonial”, por lo que subrayó que debe manejárselo “con más cautela”.
Oscar Bragos mencionó la relación entre los estacionamientos disuasorios y los carriles exclusivos, con la idea de privilegiar el transporte público sobre el auto. Destacó que debería garantizarse en tales estacionamientos, para quien deje su vehículo, que pueda llegar en el menor tiempo a su lugar de trabajo. Allí, la gerenta del Ente de la Movilidad, Mónica Alvarado, recordó que se contempla un “transporte híbrido” hacia el microcentro.
Mientras que el ex decano Floriani planteó el tema como sistémico. Si bien aclaró que no estaba “contra el auto particular” fue enfático: “Hoy sabemos que hay un límite”. Marcó también su posición respecto a “estacionamientos disuasorios” para desalentar el ingreso y estimó categóricamente a la plaza San Martín como “demasiado céntrica” para ello.
Desde el Taller Ecologista, Mirko Moskat planteó que “obras faraónicas”, como denominó a los estacionamientos propuestos “agudizarían el problema” de “una ciudad ya colapsada”. La bióloga Cecilia Reeves, consideró que el objetivo de disuadir el acceso al centro no parece coincidir con las obras que se prevén. Y desde Amigos del Riel, Rolando Maggi reivindicó otro patrimonio, el de la estación Rosario Central y precisó que justamente donde se propicia el estacionamiento subterráneo es el único lugar que queda original.
Con todo, el edil Sciutto puso sobre la mesa números imposibles: cada día hábil ingresan al centro unos 270.000 vehículos particulares, y de ellos 50.000 lo hacen sólo entre las 7.30 y las 10.30. Está claro que no caben: las playas céntricas tienen un promedio de 46 lugares, y por la implementación de carriles exclusivos se desafectaron 400. “Las tres cocheras subterráneas agregarían unos 1.700 boxes, está claro que son un paliativo y son complementarias a otras iniciativas”, remarcó el concejal.
