Aunque ayer el clima también jugó a la incertidumbre – y nunca estuvo muy claro si iba a salir el sol o a llover – la fiesta de la Torta Asada se hizo igual, y la plaza Lucio Fontana se llenó de un rico olor a comida popular y de unas melodías que sonaron a payadas y chamamé. Hubo 12 puestos para comprar y degustar torta asada –que también se sometió a un concurso–, un escenario “chamamecero” (en la esquina de Gálvez y Laprida) y otro de canto y danzas folclóricas argentinas (en la de Maipú y 27 de Febrero).
No pasa en todos los festejos ni en todos los festivales que se organizan: desde ayer bien temprano, la zona sur se apropió del título “popular” de la fiesta y la plaza Lucio Fontana no sólo tuvo torta asada y folclore, sino también reposeras, mesitas, comida traída de casa, la familia entera que se bajó de una camioneta luciendo trajes de gauchos o, simplemente, el gusto por las tradiciones del país. Bajo este contexto, se llevó adelante la que iba a ser una de las principales actividades por el 25 de mayo, pero que el mal tiempo obligó a posponer.
La pérgola de la plaza Lucio Fontana se llenó de puestos de torta asada, tortas fritas y hasta choripanes; también los de aquellos emprendedores que trabajan en conjunto con la Subsecretaría de Economía Solidaria de la Municipalidad. Si bien las tortas tenían un precio (dos por 10 pesos o seis pesos la unidad), la Secretaría de Cultura compró un poco a cada puesto para que el público pueda degustar. Luego, cada una de las recetas se sometió al paladar del chef rosarino Damián de Lorenzi (del programa Pasión por las Brasas), que para elegir al ganador tuvo en cuenta varios factores: orden, amasado, cocción, sabor y producción. El tercer premio fue para la gente del grupo “Nawogo” (que en idioma qom significa “primavera”), el segundo para el grupo Ambrosio y el primero para “Manos a la masa”. Los tres ganadores recibirán harina, grasa y sal para sus productos. El primer puesto, además, se llevó una plaqueta, quedando para los dos restantes las menciones.
La torta asada es una especialidad culinaria cuya preparación se lleva a cabo siguiendo distintas tradiciones regionales, por lo que existe un sinnúmero de recetas y modos de cocción. Sin embargo, hay puntos comunes en esa heterogeneidad, que le dan la identidad: está hecha de sal, grasa, harina y agua. Desde hace muchos años forma parte del paladar argentino, y también quedó incorporada al menú de los emprendedores productores de alimentos rosarinos que desarrollan sus actividades con la asistencia del área de Economía Solidaria.
La pérgola estuvo rodeada de rincones gauchescos: un escenario chamamecero (en Gálvez y Laprida) que estuvo conducido por Mario Reinoso y Alberto Paz y donde actuaron Leonel Ojeda, Emiliano Barbona, Las Reliquias Tarragoseras, Herencia Chamamecera, Estrella del Litoral, Los Nuevos Guachitos del Chamamé, Gauchos Costeros y agrupaciones de baile y zapateadores. Del otro lado, llegando a calle Maipú, estaba el espacio de canto y danzas folclóricas argentinas, conducido por el periodista Marcelo Nocetti, Silvana Torres y Liliana Perosio. Allí actuaron Guillermo Benítez, Marisol Martínez, César Miranda, Micaela Jelonche, El Pampa Oberá, Juancito Almada, La Chacarerata Santiagueña, Los Trovadores del Norte y Agustín Pistone.
La plaza lució colmada de gente, música y manjar ahumado, y esta vez el tiempo no pudo arruinar el festejo.