La restricción a la compra de dólares está dando un vuelco en el mercado inmobiliario de la ciudad. La cuestión contiene varias aristas y no pocas complejidades. Por el lado de las consecuencias presuntamente deseadas, todos los agentes inmobiliarios consultados por este diario señalaron que, de a poco y forzados por la situación, quienes hoy ponen a la venta un inmueble están comenzando a aceptar, al menos en parte, al peso como moneda de cambio. Sin embargo, según coinciden los intermediarios, por estas horas para la compra y venta de inmuebles el “mercado” ha establecido como referencia para la divisa local una cotización del dólar por encima de la valuación legal, hecho que en la práctica no hace más que elevar el valor de las propiedades.
A partir de noviembre del año pasado, para comprar dólares se debe pedir autorización a la Afip. Si la operación se hace en una casa de cambio o un banco, el cajero lo hace de manera automática. La autorización está, en teoría, ligada a los ingresos del contribuyente.
En el último mes, las restricciones se agudizaron y, Afip profundizó el rechazo de las operaciones de compra de divisa extranjera. Casi al mismo tiempo, la cotización del dólar en el llamado mercado paralelo se disparó hasta los 5,83 pesos, luego de haber cruzado la barrera de los 6 durante la semana anterior. Así, la brecha con el dólar oficial supera ya el 30 por ciento, aunque cabe aclarar que el nivel de movimientos sigue siendo muy bajo.
Según todos los agentes inmobiliarios consultados por El Ciudadano, las fuertes restricciones a la compra de dólares forzaron lentamente la aceptación del peso, al menos en parte, a la hora de concretar las transacciones, marcando así el inicio de un cambio en un mercado que desde siempre se “manejó” con la moneda estadounidense.
Según el titular de la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros), Carlos Rovitti, “no hay más remedio” que orientar a esa pesificación “la venta de inmuebles para que esa situación siga así”. Y abundó: “Estamos tendiendo a que esto (el mayor uso del peso) se geste y se tome conciencia para evitar inconvenientes”, sostuvo el agente.
En tanto, el máximo referente de la Corporación de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Ceir), Enrique Badaloni, también señaló que el peso ya “se empieza a verse como una alternativa a la hora de las transacciones. Ante la imposibilidad de hacerse con dólares se está llegando a esta opción. Lo que suele suceder, por ejemplo, es que el comprador no tiene todo el dinero en la moneda estadounidense. Y eso es lo que hace que las operaciones se concreten en parte en pesos. Sólo es cuestión de que interesado y vendedor se pongan de acuerdo”. Igualmente, el intermediario fue cauto y aclaró que “cuesta imaginarse que por una medida (por la restricción a la compra impuesta por la Afip) el mercado se vaya a la moneda nacional totalmente, de un día para el otro. Todavía es una cuestión cultural muy asentada en la población en general el de vender en dólares los inmuebles”.
Contrariamente a lo que plantean algunas publicaciones a nivel nacional, los dos agentes inmobiliarios remarcaron que si bien la actividad comercial del sector no se está moviendo en 2012 al ritmo de los años anteriores, las medidas adoptadas por la administración nacional no paralizaron las ventas en Rosario. “Todo el mundo entra en un proceso de mayor reflexión. La gente piensa un poco más cada paso que va a dar. Tiene miedo de cometer una equivocación. Pero por suerte el teléfono sigue sonando. Hay un nivel de actividad aceptable”, explica Badalonai
En pesos, para arriba
Lo cierto es que, con todo, la especulación que dispara el mercado negro tiene su correlato en el valor final del dólar y por ende de las propiedades. Es que, precisamente, si se mide el costo en pesos, los inmuebles vienen sufriendo en los últimos días un evidente “encarecimiento”, según Badaloni.
¿Por qué se evidencia esa situación? Todas las fuentes consultadas señalaron que en estos momentos existe una tercera cotización del dólar, que flota entre el valor del oficial y el paralelo, que se utiliza para la compra y venta de casas, departamentos y demás inmuebles. Ese valor es el que se toma de referencia para hacer las operaciones que se concretan, en parte, en pesos.
“En general lo que se usa es partir esa diferencia entre una y otra cotización. Hay una percepción de que el valor que tiene el dólar no es el oficial, pero tampoco lo es el «blue». Entonces se llega a una negociación para establecer esa cotización”, explicó Badaloni. En la misma línea, y con cierta dosis de humor, Rovitti agregó que se ha “inventado el dólar inmobiliario”. Y explicó: “Es un promedio de los dos y ese valor se negocia a puerta cerrada”.
En tanto, y por el contrario, Badaloni explicó al respecto que, para quien ya tiene ahorrados dólares, las progresivas restricciones impuestas para la compra de esa moneda poco lo han afectado ya que los precios vienen “amesetados” desde hace algún tiempo. “Lo que vaya a suceder va a depender de la inflación. Si sigue a este ritmo se va a trasladar”, agregó el intermediario.