La Corte Suprema británica habilitó la extradición a Suecia del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, lo cual dejó al ciberactivista, famoso por difundir documentos confidenciales, mucho más cerca de afrontar acusaciones de delitos sexuales ante la Justicia sueca.
La decisión significó un duro revés en la batalla legal de 18 meses del australiano de 40 años, que llegó al máximo tribunal del Reino Unido tras apelar dos fallos similares y que ahora tendrá dos semanas para pedir la reapertura del caso o recurrir el fallo ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
El hacker fue arrestado por Interpol en el Reino Unido en diciembre de 2010 por dos órdenes de captura en Suecia basados en presuntos delitos de violación a una mujer y de acoso sexual a otra. Todavía no fue acusado formalmente en Suecia, pero la Justicia del país quiere interrogarlo para ver si lo hace o no.
La Fiscalía de la localidad sueca de Gotemburgo exigió que la extradición de Assange se cumpla en un plazo no superior a los diez días después del fallo definitivo.
Por su parte, Assange no estuvo presente en la sala donde el presidente de la máxima corte británica, lord Nicholas Phillips, leyó la decisión que -según aclaró- no es un juicio de valor sobre las acusaciones.
A pesar de que fue detenido hace año y medio en el Reino Unido y se encuentra en libertad condicional, hasta la fecha no se presentó una demanda en su contra.
El punto más difícil que tuvo que resolver la Corte es si, como ocurrió en este caso, un fiscal público, y no un juez, tiene el derecho de ordenar una extradición.
Por cinco votos a favor y dos en contra, el tribunal se basó en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados para hacer una interpretación francesa del Acta de Extradición europea firmada en 2003, que habilita a cualquier autoridad judicial a realizar la solicitud.
En ese sentido, Phillips manifestó que consideran al fiscal una autoridad judicial y, por lo tanto, dieron luz verde al pedido de Suecia.
La abogada defensora de Assange, Dinah Rose, manifestó que ninguna de las partes ni la propia Corte informó previamente sobre la posibilidad de tomar en cuenta la Convención de Viena, por lo que pidió dos semanas para estudiar si solicitan la reapertura del caso.
El pedido es inusual, pero tiene como antecedente la decisión del Comité de Apelaciones de la Cámara de los Lores que en 1998 anuló su dictamen anterior que habilitaba la extradición del dictador chileno Augusto Pinochet sólo por delitos de tortura y conspiración cometidos después de 1988.
Otra carta que tiene Assange para jugar es llevar su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la ciudad francesa de Estraburgo, la máxima autoridad judicial que tiene el continente para garantizar las libertades fundamentales.
Assange cobró fama mundial en 2010 al difundir desde WikiLeaks miles de documentos militares confidenciales estadounidenses sobre las guerras en Afganistán e Irak, incluyendo un video que mostraba a soldados estadounidenses matando a periodistas y civiles a los que al parecer confundieron con rebeldes.
Al final del mismo año, publicó un cuarto de millón de cables diplomáticos estadounidenses, lo cual indignó a Washington y desestabilizó la diplomacia noerteamericana en todo el mundo.
Los partidarios del fundador de WikiLeaks temen que de ser extraditado a Suecia pueda de allí ser enviado a Estados Unidos por la filtración de documentos clasificados del país.
Sin embargo, antes de estas históricas filtraciones, el sitio web ya había puesto el dedo en la llaga en repetidas ocasiones.
En 2007, se había hecho eco del saqueo económico de Kenia llevado a cabo por el presidente Daniel Arap Moi, al que acusaron de apropiarse de unos 1.500 millones de euros durante sus 24 años en el poder.
En 2008 difundió fotos y extractos de correos electrónicos personales de la gobernadora republicana de Alaska y candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos, Sarah Palin.
Luego vinieron los documentos militares y el video sobre la matanza en Irak, que cuestionaba la versión estadounidense de cómo su ejército mató a 11 iraquíes en julio de 2007.
Ocho días después, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, criticaba a WikiLeaks asegurando que había lanzado el video sin proporcionar el contexto que explicaba la situación.
En octubre de 2010, la plataforma filtró 391 mil documentos del Pentágono sobre la pasividad de Estados Unidos en abusos contra presos en Irak (2004-09) o los fallecidos en la invasión.
En algunos de los 251.287 cables diplomáticos, el gobierno estadounidense daba instrucciones a sus diplomáticos para que espiasen a políticos extranjeros y altos funcionarios de la ONU.
Assange anunció en octubre pasado, en Londres, que WikiLeaks dejaba de publicar secretos oficiales por falta de financiación.