El piso salarial a partir del cual los trabajadores deben pagar el impuesto a las Ganancias tuvo en los últimos cuatro años un recorrido más lento que los aumentos en los haberes conseguidos en paritaria. Muestra de ello es que desde 2008 se incrementó de manera significativa la proporción de trabajadores que deben tributar Ganancias sobre el salario. El retraso en la suba del tope para este gravamen, que afecta a los asalariados registrados con sueldos más altos, también se palpa con relación al incremento en el índice de precios al consumidor. Para que el mínimo no imponible recupere valores de 2008 y mantenga el poder adquisitivo de ese año, debería actualizarse en un 22 por ciento, según reveló el último informe difundido por el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra), que depende de la CTA.
En medio de las negociaciones salariales que se están desarrollando, algunas ya cerradas, los trabajadores reclaman elevar el mínimo no imponible para Ganancias. Es una de las principales demandas del pliego de reivindicaciones de la CGT que conduce Hugo Moyano. El último ajuste fue en mayo del año pasado, con retroactividad a abril. En la actualidad, los solteros sin hijos que cobran más de 5.782 pesos pagan Ganancias, mientras que para los casados con dos hijos ese tope trepa a 7.998 pesos.
Si el aumento del gravamen ronda este año el 20 por ciento, en el caso de un soltero el ingreso a partir del cual debería comenzar a pagar Ganancias debería alcanzar los 7.064 pesos y para un casado con dos hijos tendría que subir a 9.770. El estudio estadístico de Cifra estimó que este impuesto alcanza hoy al 17 por ciento de los asalariados registrados y el 8,6 por ciento de los ocupados.
La viceministra de Trabajo de la Nación, Noemí Rial, adelantó el lunes pasado que el tema está en carpeta y dijo que se elevará el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias “a fines de junio o principios de julio”. Su jefe Carlos Tomada, de viaje en Suiza por el encuentro de la OIT, la desautorizó por irse de lengua, tras aclarar por medio de un comunicado que la cartera laboral a su cargo no tenía nada que informar al respecto. La desinteligencia oficial y la posterior desmentida a medias dejaron ver las cartas antes de bajar juego.
Entre 2001 y 2008 el mínimo no imponible para los asalariados registrados (ya sean solteros o casados con hijos), tuvo un crecimiento mayor que el costo de vida y muy similar al incremento nominal promedio de las remuneraciones de los asalariados registrados.
Sin embargo, desde 2008 el tope de Ganancias se actualizó en una proporción menor a la evolución de los salarios y del índice de inflación. En los últimos cuatro años, según el informe de Cifra, el salario nominal se incrementó un 96 por ciento y el índice de precios al consumidor creció un 76 por ciento, mientras el mínimo no imponible tuvo un aumento del 44.
Un impuesto “injusto”
Matías Layús, secretario adjunto de la seccional local de La Bancaria, sindicato enrolado en el Movimiento Sindical Rosarino, dijo que apoyan el reclamo de la CGT en cuanto a una suba del mínimo no imponible de Ganancias, “que debería rondar el 25 por ciento de acuerdo a los aumentos promedio conseguidos en paritaria”.
Los trabajadores bancarios sellaron semanas atrás un incremento de haberes del 24 por ciento retroactivo a enero, que elevó el sueldo mínimo a 7.220 pesos. “Un salario promedio del sector se ubica hoy por encima de los 8 mil pesos, con lo cual la mayoría de los empleados bancarios debe tributar Ganancias. El retraso es evidente”, acotó Layús.
En diálogo con El Ciudadano, el dirigente gremial dijo que el impuesto a las Ganancias “afecta el poder adquisitivo”. Y agregó: “Desde nuestro sindicato entendemos que debería eliminarse directamente este impuesto al trabajo por injusto”.
Consultado sobre si la supresión del tributo iría a contramano de una política de redistribución de riquezas, Layús explicó: “Como contrapartida pedimos que se establezca una renta financiera para las empresas bancarias, pero que el aporte no salga del salario de los trabajadores”.
“Rediscutir la estructura fiscal”
El secretario general de la CTA Santa Fe, José Testoni, le dijo a este diario que la suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias “debe resolverse en el corto plazo para que los salarios no pierdan poder adquisitivo, situación que se puede agravar mientras los gremios vayan cerrando sus paritarias”.
Testoni indicó que “en un momento el promedio de actualización del coeficiente que surge de los convenios colectivos de trabajo fue superior al tope del mínimo no imponible, aunque mas allá de estas cuestiones puntuales, desde la CTA entendemos que se debería discutir en el país toda la estructura fiscal”.
Para el titular de la Central de Trabajadores Argentinos regional Santa Fe, “el salario tiene naturaleza alimentaria, por lo tanto el mayor impacto de precios se da en el consumo. Y ese rubro ya está gravado con el 21 por ciento de IVA, por eso creemos que debería darse un debate más general sobre esta cuestión, ya que después a partir de determinado monto el salario también está gravado con el impuesto a las Ganancias”.
Testoni insistió en que hay que discutir el tema desde una lógica que esté acorde al proceso inflacionario para que no se sigan incorporando más trabajadores al segmento que paga Ganancias. “Tiene que ser una discusión macro sobre la estructura fiscal. Máxime en nuestro país donde los sectores concentrados de la economía tienen una indisciplina fiscal importante”, sostuvo el gremialista.