Desilusión. Decepción. Incredulidad. Algunos de estas sensaciones fueron las que invadieron a la delegación de Rosario una vez conocida la decisión de que la ciudad de La Punta (San Luis) es la elegida para representar a Argentina en la votación final ante la Organización Deportiva Panamericana para pelear por la organización de los Juegos Panamericanos 2019.
La votación final fue 30 a 20 y la diferencia es difícil de explicar. La provincia de San Luis presentó un proyecto a futuro y para el Comité Olímpico Argentino eso fue suficiente.
A pesar de todo lo hecho por Rosario en los últimos años, a pesar de los eventos organizados y la capacidad organizativa, la ciudad se quedó sin nada.
Por todo esto, en un momento, la votación estaba a favor de Rosario, pero los últimos doce consejeros votaron por San Luis y se dio vuelta la historia.
A pesar de la frustración, a Rosario le queda la experiencia de haberlo intentado, de haber superado con creces todos los requisitos impuestos por el COA y de haber comenzado a proyectar una ciudad que todavía es posible.
Quedará para el análisis más profundo los por qué de esta negativa, o los por qué de La Punta, pero lo que es insoslayable es que Rosario creció mucho en todo este año de desafíos superadores.
Y esto no hay que perderlo de vista. Porque, como en el fútbol, no hay que quedarse sólo con el resultado. El hecho de cómo llegó Rosario hasta acá dice mucho y tiene que servir como ejemplo de lo que se tiene que seguir haciendo en un futuro inmediato.
La historia, dicen, la escriben sólo los ganadores, pero Rosario desde agosto de 2011 comenzó a escribir la propia.
Habrá que redoblar esfuerzos, trabajar aún más fuerte, superarse como sociedad y esperar la próxima cita.
Lo que viene. La Punta ahora peleará por ser sede con Santiago (Chile), Lima (Perú), San Juan (Puerto Rico) y Miami (EE.UU.).