La presentación espontánea en Tribunales de un testigo le permitió a la Justicia identificar al organizador y ejecutor de la emboscada contra el micro de la barra brava de Newell’s Old Boys ocurrido la madrugada del jueves pasado.
Según la declaración, se trata de un vendedor de drogas ligado a la segunda línea de la banda del barrio Las Flores identificada como Los Monos, cuyo nombre no se dio a conocer. En aquel ataque resultó gravemente herido Walter Cáceres, de 14 años, quien murió 36 horas después con tres tiros en su cabeza y otro en la espalda. Además, otros dos hombres resultaron baleados.
El relato también asegura que el blanco del ataque era Diego Panadero Ochoa, actual jefe de la barra, y detalló que había $10 mil para el autor del trabajo criminal.
Lo mismo había denunciado el padre de la víctima, Carlos Cáceres, días atrás: «Esto fue un tema interno de la barra. El asunto es así: la barra brava anterior quiere venganza, quiere volver, y la muerte era para Diego Panadero Ochoa, el que sacó a Pimpi Camino (anterior dueño de la popular leprosa). Lamentablemente se equivocaron de colectivo y mataron a mi hijo».
Con la información aportada, la jueza de Instrucción Roxana Bernardelli ordenó ayer cuatro allanamientos que depararon en la detención de tres jóvenes que tendrían lazos de sangre con el principal imputado por la emboscada, según la denuncia del testigo.
Allí la ley busco a Carlos Fernando F., de 28 años y apodado Chino. Si bien el hombre no estaba en el lugar, los investigadores recogieron importante documental que será clave para llegar hasta los ideólogos del ataque. Los otros allanamientos se realizaron en la zona sur rosarina. En Centenario al 200 no hubo resultado positivo; en un pasaje de Ayacucho al 6000 fue apresado Pablo A., hermanastro del Chino; y en San Nicolás al 5200 cayeron Emilio y Jonhatan C., también hermanastros del principal acusado. Estos tres muchachos, según los investigadores, habrían sido parte de la banda de pistoleros que llevó adelante el fatal ataque a tiros contra el micro de la barra rojinegra.
Los investigadores estiman que en la emboscada se utilizaron al menos dos pistolas ametralladoras del tipo FMK 3 similar a la que utiliza la policía provincial y que emplea munición calibre 9 milímetros, y cuatro pistolas del mismo tamaño. En total, se habrían disparado más de 100 proyectiles de ese calibre.