“Siento una enorme necesidad de decir gracias, y sé que es muy poco para todo lo que hizo la gente. Este capital social que se ha construido no puede desaparecer por el simple hecho de que terminamos la bandera, esto recién empieza”, afirmó esta mañana Julio Vacaflor, creador de Alta en el Cielo.
La historia comenzó el 17 de junio de 1999, día en el que se instalaron las primeras máquinas de coser en el Monumento a la Bandera y mujeres rosarinas, tras varios días de trabajo, cosieron más de 130 metros de bandera.
Proyecto Alta en el cielo, intenta con retazos de tela y máquinas de coser, que un pueblo demuestre y se demuestre a sí mismo que la cultura, la historia, el esfuerzo, la integración y la esperanza pueden coserse. La construcción colectiva de la Bandera de Alta en el Cielo demuestra de cuánto es capaz una sociedad cuando se une con un objetivo común. A partir de su confección, las diferentes comunidades fortalecen sus vínculos y generan nuevos proyectos comunitarios.
La duración de la propuesta era de 14 años, por eso la bandera participará hoy en el último desfile con una extensión de 20 mil metros. “Alta en el Cielo es una construcción, es construir ciudadanía. La gente dejó de ser público y ahora es protagonista”, concluyó Vacaflor.