El especialista en seguridad digital Jorge Mieres visitó la ciudad en el marco del ciclo de actividades contra el acoso digital o ciberbulling –una temática que afecta a muchos jóvenes ante el auge de las redes sociales y nuevas herramientas digitales–, organizado por el Instituto Zona Oeste.
Así como los padres deben controlar la información que comparten o reciben sus hijos en las redes sociales, Mieres aclaró que se debe respetar la privacidad del adolescente. “Ante la llegada de las nuevas tecnologías, es fundamental que los padres no sean invasivos y que en todo momento traten de acompañar a los chicos. Internet no es una plataforma mala, sino que hay que conocerla y saber cómo informarse, ver las vías confiables. Hoy hablamos de los códigos maliciosos, o malwares, que son los virus informáticos. Pero si no sabemos que están recorriendo las redes, va a ser difícil prevenirse. Pongo como ejemplo el uso de un auto: si queremos lo compramos, pero con eso no alcanza, hay que aprender a usarlo, conocer las señales, los códigos, las reglas, para no chocar. En el ámbito informático esto es exactamente igual. En especial con nuestros niños y adolescentes, que son mucho más vulnerables a este tipo de información”, sostuvo.
El CEO y fundador de la empresa Malware Intelligence y del laboratorio Kaspersky analizó que ante las nuevas tecnologías “se genera una comunicación impersonal, que, en definitiva, no se sabe quién está en el otro extremo; eso forma parte del anonimato y podemos poner una foto que no es nuestra, por ende una identidad falsa. Son muchas las personas que utilizan internet en su casa, en el trabajo, en el cíber, en el colegio, o sea que hay muchas vías por las cuales saber de nuestra vida”, advirtió.
Con la tarjeta, no
“Hay muchos delitos que están penalizados como los fraudes bancarios; más del 80 por ciento de los códigos maliciosos fueron creados para robar información de índole financiera. Eso significa que existe un riesgo al comprar a través de internet, o de revisar nuestra cuenta bancaria desde una computadora, pero hay que tomar medidas de prevención”, señaló el especialista.
Sobre los sistemas de compra, Mieres aconsejó hacerlo a través de una computadora “segura”, es decir, desde el propio hogar, o bien desde un espacio que cuente con determinadas medidas de seguridad, antivirus y demás. “Esa información puede bajar al atacante. Si estamos en un ambiente público como un hotel, un cíber o aeropuerto, es poco recomendable ingresar datos sensibles (contraseñas, códigos de seguridad, números de documentos), porque el sistema de esa computadora pública puede estar dañado y los delincuentes al acecho”.
“Por ejemplo, si vamos a una página donde utilizaremos información sensible, tenemos que ver el código de seguridad. Ese dominio debe incluir el protocolo ‘https’. Si bien esta letra ‘s’ no garantiza en un cien por ciento la confidencialidad de los datos incluidos, sí es un aporte a la seguridad, y esa información estará siendo cifrada y viajará de manera segura. Para que tengan una idea de cuánta maldad hay en la web, desde Kaspersky procesamos más de 125 mil códigos maliciosos diferentes por día”.
Asimismo, extendió la sugerencia al ámbito hogareño, con las simples fotos compartidas: “Los delincuentes informáticos hacen inteligencia. A través de las fotos publicadas uno puede saber qué tipo de nivel adquisitivo tiene esa familia, dónde trabajan los padres, el tiempo que pueden estar fuera de la casa, en qué colegio estudia el chico, qué lugares suele frecuentar”.
Respecto de la descarga de archivos, Mieres compartió el caso de un allegado que quiso descargar una película: “Cuando estaba por terminar la descarga vio que era un archivo ejecutable (tiene la extensión ‘.exe’) y sólo pesaba 47 kbytes: un archivo de video nunca va a pesar eso. Es la segunda medida menor y estamos hablando de una película de dos horas de duración. Son cuestiones que hay que ir conociendo dentro del mundo informático. Este video, claramente, era un virus disfrazado con un nombre atractivo”.
Remitente conocido, pero…
Una de las reproducciones habituales en materia de virus es a través del correo electrónico. Existen aplicaciones que toman la lista de contactos de la víctima y se auto envían correos infectados. Al tener un remitente conocido, la potencial víctima confía en ese contenido y la infección se propaga. Muchos de ellos llegan al sistema al descargar un determinado archivo. “Es fundamental que, antes de descargar un archivo adjunto que venga con el correo, si viene en otro idioma, o tiene una leyenda poco confiable, es mejor descartarlo. Últimamente se estuvieron viendo mails sobre fotos de un viaje, o quién te ha eliminado del MSN”.
“Hay que conocer las propuestas en la web, si no podemos descargar cualquier cosa, o dar cualquier tipo de información y no hay vuelta atrás”, insistió. “Entre algunas sugerencias debemos tener en cuenta que si nos envían una foto para abrir, ésta debe tener una extensión ‘.jpg’, o ‘.gif’, o ‘.png’, tengamos cuidado con las de formato ‘.pdf’ que recibimos, o de cualquier archivo que debamos dar permiso para que funcione”.
