Una fábrica de colchones ubicada en pasaje Madrid y Bordabehere (Urquiza al 4800) en barrio Ludueña ardió en llamas ayer al mediodía y se necesitaron seis autobombas para sofocar el fuego. El saldo fueron pérdidas materiales de importancia en la fábrica. Además, un paredón de la cancha de tenis lindera también cayó ante la fuerza de las llamas, pero no hubo heridos de consideración. Unas 20 personas fueron atendidas con principio de asfixia (muchos de ellos empleados que intentaron sacar parte de la producción del alcance del fuego, además de algunos bomberos) y otros con quemaduras leves.
A pesar que falta conocer el resultado de las pericias, el incendio se habría ocasionado tras un desperfecto eléctrico a las 11.30. Dos horas más tarde los bomberos habían podido controlar el fuego, pero no apagarlo en su totalidad. Participaron seis dotaciones de bomberos de Rosario, Pérez y Villa Gobernador Gálvez y unos 50 efectivos de la Guardia Urbana.
El escenario reunía a bomberos, oficiales de la Guardia Urbana, efectivos de la Comisaría 12ª y personal médico del Sies. Las viviendas cercanas a la empresa se evacuaron y se cortó el suministro de energía eléctrica en toda la manzana para prevenir daños mayores. Mientras recibían asistencia médica, muchos de ellos algo de oxígeno, algunos empleados comentaron a El Ciudadano que el susto fue muy grande, pero trabajaron entre todos para sacar la mayor cantidad de colchones y planchas de poliuretano posibles de los galpones afectados.
Uno de los jóvenes trabajadores dijo: “Calculamos que puede haber sido un cortocircuito porque estaba cerca de una toma eléctrica y desde ahí apareció el fuego. Hasta que llegaron los bomberos tratamos de atacar el fuego con matafuegos y sacar algunas cosas del galpón para evitar más pérdidas y quedarnos encerrados en el fuego. La planta estaba completa. En ese horario había unas 70 personas en toda la fábrica”, relató. “Yo estaba en otro sector y traté de poner en funcionamiento el matafuegos pero el fuego ya era importante, así que no servía de nada. Me dijeron que se sintió un chispazo y cuando fue a ver ya había fuego, por eso corrimos enseguida, porque se incendiaba todo casi automáticamente”, relató uno de los empleados.