Los concejales del Partido del Progreso Social (PPS), Héctor Cavallero y María Fernanda Gigliani, ingresaron ayer en el Palacio Vasallo el proyecto para que se suspenda el otorgamiento de nuevos permisos de demolición y edificación para obras que superen los 10 metros de altura fuera del área céntrica y del macrocentro de la ciudad. La iniciativa proyecta una interrupción provisoria por 90 días o hasta tanto se apruebe la norma para regular la construcción en altura en los barrios, que había sido anunciada por el ex intendente Miguel Lifschitz a fin del año pasado pero aún no llegó al recinto. Desde el oficialismo ya salieron a rechazar la movida opositora.
En diálogo con El Ciudadano, Gigliani explicó que el proyecto tiene como sostén un informe elaborado por el propio Banco Municipal. Allí se refleja que desde 2008, momento en que se comenzó a regular la construcción en altura en el centro y macrocentro, los permisos de demolición y edificación comenzaron correrse lentamente pero con fuerza hacia barrios como Echesortu, Alberdi, Fisherton y Arroyito.
Lo cierto es que esta situación, –como lo publicara en su edición del último domingo este diario– comenzó a movilizar a los vecinos de estos sectores, quienes resisten la construcción de nuevas torres a barrios tradicionalmente de casas bajas al sostener que afectarán no sólo la fisonomía sino la calidad de vida de los vecinos.
En noviembre pasado la entonces secretaria de Planeamiento, Mirtha Levin, había anunciado que a los pocos días enviaría al Concejo el proyecto para regular la edificación “detrás” de los límites que establecen las calles 27 de Febrero, Vera Mujica, Avenida del Valle y el río. Sin embargo ese proyecto (asunción de Mónica Fein mediante) no llegó al Palacio Vasallo, y así los barrios se siguen rigiendo por el Código Urbano sancionado en la década del 60. La normativa anunciada en la etapa final del gobierno de Lifschitz venía a completar lo establecido en 2008, cuando el Código se modificó y se limitó la construcción en altura en la zona céntrica y macrocéntrica.
Gigliani denunció ayer que al haberse regulado sólo una parte de la ciudad, “se ha creado un circuito especulatorio con los permisos de edificación y demolición”.
“Esas solicitudes se transformaron en una mercancía. Un permiso de edificación tiene una validez de cinco años. Hoy se tramitan muchas solicitudes a sabiendas de que luego se modificará la normativa, y especulando con el futuro valor que tendrá ese terreno. Así, comprar y vender una parcela con un permiso para construir a más altura se transformó en una mercancía”, explicó la concejala
Al respecto, Cavallero expuso que esa situación especulativa se da todavía hoy con lotes del centro y macrocentro de la ciudad: “Con la normativa sancionada en 2008 hay espacios donde se pueden hacer hasta seis pisos. Pero como todavía no se han cumplido los cinco años de la sanción de aquella primera regulación, hay gente que tiene sobre un terreno permisos viejos, con los cuales puede levantar una torre de más de 50 pisos. Eso pasa, por citar un caso de acuerdo a la información que tenemos, en un lote de Dorrego al 1800”, advirtió el ex intendente.
La iniciativa elaborada por Cavallero y Gigliani ingresará formalmente mañana al Concejo, y la idea de los ediles es que ya comience a tratarse el lunes en la comisión de Planeamiento. Pero en tanto, ya ayer el titular de la bancada Socialista, Manuel Sciutto, salió a cuestionar la movida, sosteniendo que no ve conveniente frenar los permisos por 90 días.
El edil admitió que es necesaria una nueva reglamentación, “pero sin detener” las obras en proceso. Al mismo tiempo, dejó a entrever que la semana que viene podría llegar finalmente al Palacio Vasallo la tan esperada regulación de lo que se denomina formalmente el segundo anillo perimetral, y los cordones perimetrales.
