Mientras la Cámara de Diputados comienza a analizar en tres comisiones –Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Hacienda y Asuntos Comunales– el proyecto de reforma tributaria que promueve el Ejecutivo provincial, el gobernador Antonio Bonfatti deslizó que si no se aprueba el aumento de impuestos no habrá recursos ni siquiera para afrontar el pago de salarios.
Bonfatti dijo que en la provincia “no hay dinero para nada” y advirtió que “va a haber dificultades enormes para pagar sueldos” de los trabajadores públicos si no se reforma el sistema tributario. “No hay dinero para nada. Es más, hay que buscar dinero para pagar los sueldos”, confesó el mandatario provincial. Por eso, reclamó una vez más a la Legislatura la sanción de la reforma tributaria.
El gobernador también respondió las críticas de los referentes del justicialismo que cuestionan el crecimiento del déficit durante las gestiones del Frente Progresista, aunque trazó un panorama sombrío respecto de la evolución de la economía santafesina. “Algunos hablan por desconocimiento o por posicionarse políticamente –sostuvo el mandatario– porque la rigidez del presupuesto de la provincia es tal que, sin reforma tributaria, no podemos salir de esto”.
“Los gastos de funcionamiento se llevan casi el 90 por ciento del presupuesto –siguió Bonfatti–. Esos recursos se utilizan para pagar los sueldos, las escuelas privadas que hay que sostenerlas, a los pensionados y veteranos de Malvinas, la Caja de Jubilaciones, las empresas públicas: todo lo necesario para que el Estado funcione”.
Reclamo a la Nación
Además, Bonfatti reiteró el reclamo a la Nación por la deuda con la Caja de Jubilaciones de la provincia: 1.307 millones de pesos acumulados desde 2006 que llegarán a 1.700 millones a fin de año según las estimaciones del ministro de Economía Ángel Sciara. Así, el gobernador volvió a vincular la delicada situación financiera que atraviesan las arcas provinciales con los compromisos incumplidos por la Nación.
En un tono más duro que el que había exhibido en sus primeros meses de gestión, Bonfatti sugirió que Santa Fe es la provincia que peor trato recibe de parte del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en respuesta a las declaraciones previas de la diputada nacional Celia Arena, quien había desmentido todo tipo de discriminación política al afirmar que la provincia está entre las más beneficiadas por la Nación. Luego, Agustín Rossi salió a contestarle a Bonfatti (ver aparte).
De todos modos, el mandatario socialista aclaró que evitará plantear una nueva presentación ante la Corte Suprema de la Nación, a diferencia de la que planteó en 2009 el ex gobernador Hermes Binner por la detracción del 15 por ciento de coparticipación para la Ansés. “Lo mejor sería encontrarnos y llegar a un acuerdo. Los juicios siempre dejan secuelas. Es preferible un mal arreglo que un buen juicio”, afirmó.
“A Santa Fe le deben seis años del dinero correspondiente al déficit de la Caja de Jubilaciones –continuó–. El resto de las provincias está al día y a la que más le deben es a Córdoba, que fue a la Corte Suprema”. Bonfatti agregó que Santa Fe “no pide ningún favor” sino “que se cumpla lo firmado” entre la Nación y las provincias que no traspasaron sus cajas previsionales. Por ese tema, el gobernador retomó sus gestiones para lograr una audiencia con la presidenta.
En declaraciones a medios televisivos y radiales locales, aclaró que el reclamo no es sólo por las deudas pendientes sino también para que la Nación apruebe una serie de créditos, entre ellos uno del Banco Mundial que tiene otorgado la Municipalidad para la construcción de cloacas en doce barrios de Rosario. “Si ese préstamo no es resuelto en septiembre se va a perder”, advirtió Bonfatti.
“No habrá aumentos”
Con pocas certezas respecto de los tiempos que demandará en la Legislatura la sanción definitiva de la reforma tributaria y con un panorama macroeconómico desfavorable, el mandatario santafesino descartó de plano cualquier tipo de incremento salarial para estatales y docentes. “No habrá aumentos de sueldos”, sentenció. Por ello, insistió con lo que se convirtió en la prioridad número uno para el gobierno: “Es necesaria la aprobación de la reforma tributaria para equilibrar las cuentas”.