¿La quinta socia del Mercosur es Venezuela? Incorrecto: la quinta socia es PDVSA. Desde la suspendida Paraguay hasta el gigante Brasil, pasando por la Argentina y Uruguay, todos los países están atados, con más o menos costillas, a la columna vertebral de la estatal venezolana. A sus petrodólares, al flujo de crudo y a la generosidad dispendiosa bolivariana de la petrolera responsable del 96 por ciento de los ingresos de Venezuela.
PDVSA es la principal proveedora de Petropar, la petrolera paraguaya, tanto como de Ancap, la uruguaya. También, claro, la venezolana es la principal acreedora de ambas. En el caso de Ancap, por pocos días más: según anunciaron la semana pasada Rafael Ramírez, titular de la estatal venezolana y del Ministerio de Petróleo, y Raúl Sendic, mandamás de la uruguaya y posible candidato presidencial con la bendición de José Mujica, antes de septiembre se definiría el pago anticipado de la deuda de 860 millones de dólares que tiene con PDVSA. Ancap quedará liberada con una importante quita, señalan en Caracas y en Montevideo.
La operación, que dejaría casi en cero al “debe” uruguayo –aliviándolo de las obligaciones de deuda anuales de cerca de 50 millones de dólares– incluiría esa “importante quita” en la compra, por parte de Ancap y a valor de mercado, de bonos de deuda emitidos por PDVSA. Hacia el futuro, la uruguaya seguirá “utilizando el acuerdo de compra de crudo por el que el 25 por ciento del embarque se financia a 15 años de plazo a una tasa de interés del 2 por ciento anual”, dijo Sendic.
En el caso argentino, la vinculación con PDVSA se da en innumerables planos, que terminan convergiendo, desde mayo de 2004, en diferentes cartas de intención, acuerdos y fideicomisos: con Enarsa (la petrolera fundada por Néstor Kirchner, que sin entrar aún en operaciones, sigue acumulando pasivos y empleados), con Cammesa (se desconoce a cuánto asciende la deuda de la administradora del mercado eléctrico mayorista de la Argentina con la petrolera venezolana: el rojo “oficial” se acerca a los 2.000 millones de dólares, el “oficioso” supera los 5.200 millones de dólares), y con YPF (en su momento, Repsol YPF).
Pero a partir del ingreso con fórceps de Venezuela al Mercosur puede decirse que la vinculación político-comercial entre la estatizada YPF y la estatal PDVSA remontó varios decibeles declamatorios. En Caracas, a fines de julio, los ministros de Planificación (Julio de Vido) y Economía (Hernán Lorenzino), junto con Miguel Galuccio y sus contrapartes venezolanas “avanzaron en la definición de una alianza de integración estratégica entre las petroleras de ambos países”. Amor incondicional, una vez más.