Hace exactamente un año, en ocasión del Día del Niño, una mujer de la zona sur de Rosario le regaló a su hija una muñeca que emitía un sonido inesperado: “Quiero ser tu amo, puta”. Nada que ver con una frase dulce, propia de un juguete. Fue así que la Delfi, de Baby Rose, se hizo famosa en todo el país. ¿Qué pasó desde entonces? Podría suponerse que se trató de una falla técnica ya superada. Sin embargo hay más: Sandra Villagrán, quien es la dueña de la juguetería Ricardito El Paquetero, de avenida Del Rosario al 2900, y “madre” de la polémica muñeca, aporta un dato que sorprende aún más: a la Delfi le “nació” una hermana. Hace tres meses, la mujer descubrió por casualidad que una muñeca de las mismas características que la primera emite el mismo insulto. “Cuando la escuché me corrió un frío por todo el cuerpo, no podía creer que tenía otra muñeca que insulta”, se sorprende la mujer.
Villagrán explicó que desde el año pasado está en litigio judicial con la fábrica Turby Toy SA, que distribuye las muñecas. Sin embargo, aseguró que “las muñecas puteadoras”, como las bautizó el barrio, le han traído suerte. “Estas muñecas son milagrosas, la verdad que en el último año me ha ido muy bien en todo sentido. Incluso, en Navidad, pusimos a la Delfi sobre una mesita, con lucecitas alrededor, y la gente venía de todas partes para verla”, contó como si se tratara de una imagen religiosa.
La mujer que está al frente del polirubro desde hace cuatro años agregó que ha tenido ofertas por la muñeca: “De Buenos Aires me querían dar 5 mil pesos pero no las vendo, primero quiero que la empresa reconozca la fallas de las muñecas, que sistemáticamente las han negado; yo tengo las facturas y papeles que demuestran la compra”, explicó.
La hermana
Sandra se sorprendió, hace tres meses, cuando acomodando los estantes del bazar y ordenando mercadería encontró “a la muñeca melliza, la otra Delfi”. Cuando le sacó y se dispuso a controlar si la muñeca emitía las palabras que asegura la caja quedó perpleja: “¡Le apreté la pancita y dice lo mismo que la otra!”. Y ante este cronista, la enciende para comprobar la veracidad y claramente se escucha: “Soy tu amo, puta”.
Si bien desde la empresa se argumentó que la falla viene de los chips que llegan de China, donde una voz graba el texto que se envía desde cada país, la comerciante se indigna porque “desde la empresa niegan todo”.
Si bien dice que sus cliente se dividen entre los que “piden que me deshaga de ellas, como si fueran malditas, y quienes me aconsejan que las venda en una subasta por internet”, lo cierto es que las Baby Rose se han convertido en la atracción y no hay quien ingrese al negocio y no quiera escuchar el insulto de las “mellizas”. Villagrán admite que después de que el fenómeno trascendiera en los medios, “la gente me reconoce como la dueña de las muñecas que putean”, señala risueña.
Respecto de cómo vienen las ventas para este año para el Día del Niño, asegura que los juguetes “están más caros que el año anterior, pero la gente, sobre la hora, gasta y compra. No veo que haya caído la venta; los varones quieren lo que tenga que ver con Batman, el traje o el batimóvil, pero las pelotas, el skate, o juego de mesas es lo más vendido; y entre las nenas, piden maquillajes de Juliana, muñecas de Fiorella. También ofrecemos juguetes originales de Disney, trato tener de todo: caro, barato, de marca…”.
La mujer se mostró contraria a vender juguetes bélicos, en sintonía con las políticas oficiales. “Yo no le compraría a mi hijo pistolas con balines, que me las piden, así que prefiero no vender. Hay pistolas que hacen sonido, tengo algunas, pero la verdad que se venden cada vez menos, creo que los padres, con el tiempo, asimilan el mensaje de no comprar ese tipo de juguetes”, explicó mientras aseguró que no conoce si otros negocios de la ciudad han recibido estas muñecas tan particulares.
Mientras la dueña del local ubicado en barrio Plata conversaba con El Ciudadano, entró al local una clienta que quiso saber: “¿Sigue diciendo?”. Se refería, obviamente, al insulto que brota de la Delfi. “¿Ves?, es constante, la gente viene y la mira sin entender nada, hay quienes lo toman en sorna y hay quienes se molestan, pero sin dudas todos quieren a Delfi”, apuntó sobre la muñeca, que tiene un costo aproximado a los 300 pesos en el catálogo, pero que por ahora “no se vende” por ser “boca sucia”.
El titular de la firma Turby Toy SA, Norberto García, se había mostrado contrariado cuando se enteró de que en la zona sur de Rosario había una muñeca de las que él distribuye que dice malas palabras. Atribuyó la poco feliz frase a una interpretación “particular de un sonido con fonética china, en un chip grabado por un chino en China, en una plaqueta sellada en China a la que nadie accede y que es un aparatito de altísima tecnología y bajísimo costo”. Villagrán sostuvo que la fábrica se negó a reconocer toda responsabilidad, “pero para mí son las mellizas milagrosas, mal no me ha ido en este año”.