El resultado puede ser producto de una circunstancia, o bien una lógica consecuencia del juego. En definitiva, y relativo al debut de Central, lo que menos importa es el resultado. Aunque mucho pese caer en el Gigante ante el humilde Sarmiento de Junín. El punto preocupante tiene foco en la puesta en escena. Central jugó mal. Y no pudo resolver un problema (entiéndase gol de Cuevas) que se le presentó a los tres minutos de juego.
Esto debe tomarse como una presentación en falso, propio de una primera fecha de un torneo que cuenta con 38 en su haber. Igual, nada justifica la escasa imaginación mostrada por Central para buscar el partido.
En el escenario colectivo falló Miguel Russo, o no le entendieron su discurso o bien eligió mal a los protagonistas. En ambos casos el resultado es el mismo, centros y más centros para Bracamonte, quien nunca se mostró como una alternativa confiable dentro del área.
En lo individual no quedó nada para destacar. Apenas cierta prolijidad de Encina, Lagos mostró que puede ser una buena alternativa por izquierda y la fe de Carrizo para encarar. En el debe, además de la puesta en escena, quedaron Talamonti, Medina, Bracamonte y Peppino. Todos ellos en un nivel muy bajo. Hay tiempo, un técnico sabio y un plantel acorde a la categoría. Pudo ser una mala presentación, debe ser la apuesta de su castigada gente.