Convertido en un ícono de la cultura del Río de la Plata, Fernando Cabrera, nacido hace 56 años en el barrio Paso Molino de Montevideo, es un referente de los jóvenes creadores post dictadura, de la música popular uruguaya. Reconocido por sus pares en Montevideo, con una trayectoria que excede los 30 años y los 10 discos editado, Cabrera fue homenajeado en la última entrega de los premios Graffiti, con el galardón a la Trayectoria.
Es espacio ideal para escuchar a este pequeño hombre será el Gran Salón del 5º piso de la Plataforma Lavardén, en Mendoza y Sarmiento, donde se reencontrará con el público rosarino el próximo jueves a las 21,30.
Reversionado por músicos como Liliana Herrero, Jorge Drexler, Kevin Johansen y Ana Prada, Cabrera ha conquistado en los últimos años a un amplio grupo de rosarinos, que esperan cada show con las ganas de escuchar su particular música y su rica poesía.
El creador de “El tiempo está después”, ha producido un disco revolucionario con el aporta canciones imprescindibles para entender la historia de la música popular uruguaya. “Canciones propias” (Ayuí, 2010) es un disco con una selección de clásicos del cancionero uruguayo, homenajeando a otros artistas con su firma, por lo que obtuvo el premio Iris como mejor disco del año y el Graffiti como mejor álbum popular y canción.
Durante la gira que emprende en Argentina, Cabrera presenta su libro «Intro» compuesto por 60 poemas independientes y un DVD con el registro de una actuación donde repasa todo su repertorio.
“Todos mis recitales son distintos, puedo tocar una canción que compuse un día antes», contó el autor de «La casa de al lado” a la agencia Télam, “La canción reúne dos mundos: las palabras y las notas», definió Cabrera sintetizando la riqueza de un género que viene defendiendo desde sus inicios hasta hoy. Canciones vitales, sensibles y atravesadas por una belleza poética, constituyen el corazón de la obra de este artista que se anima a jugar en los límites logrando una personalidad musical cuya búsqueda, más allá de las influencias que aparecen en su música, está anclada en el sonido que nace en el Río de la Plata.
Al explicar cómo es el proceso para que algunas ideas lleguen a ser canción, indicó que en su caso tiene muchas variantes: «Cada tanto tiempo se me ocurre un eje central y después lo desarrollo; otras veces me viene como un impulso entero, de una tirada sola (esos son los menos); también retomo canciones de hace 20 años y les encuentro algo nuevo, y en otros casos continúo otras que vengo haciendo desde hace dos años».
Canciones vitales, sensibles y atravesadas por una belleza poética, constituyen el corazón de la obra de este artista que se anima a jugar en los límites logrando una personalidad musical cuya búsqueda, más allá de las influencias que aparecen en su música, está anclada en el sonido que nace en el Río de la Plata.
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Por Patricia Dibert