Espectáculos

Un relato que hace historia

Por Miguel Passarini.- A 20 años de su estreno oficial, el espectáculo teatral-musical “Ayer nomás”, protagonizado entre otros por el actor Daniel Querol y el cantante Ariel Martí, vuelve a recorrer los acontecimientos vividos en el país entre 1960 y 1983. El viernes en Mateo Bozz.


A dos décadas de uno de los mayores sucesos de la escena teatral-musical rosarina, Ayer nomás regresó a la cartelera local con cuatro funciones. El espectáculo, que fue repuesto la semana pasada y que se presentará esta noche, el viernes 31 y el sábado 1º de septiembre, a las 21.30, en la sala Mateo Booz (San Lorenzo 2243), lleva con orgullo el mote de clásico rosarino. Se trata de una crónica cantada que repasa momentos de la historia argentina que son revisitados a través de la música.

“Hace 20 años que estrenamos este trabajo, y más allá de los intervalos y del desgaste propios del paso del tiempo y de los cambios, hay en nosotros, por un lado, una necesidad artística, y por otro, en lo personal, una necesidad ideológica de seguir contando esta historia complicada de la Argentina que va del 60 al 83, con todas las dictaduras de turno y la vuelta a la democracia”, relató el actor Daniel Querol, quien tiene a su cargo el pormenorizado y poético relato que sirve de columna vertebral a la obra.

Respecto de lo musical, el actor expresó: “Podríamos decir que el rock es un pretexto para repensar qué pasó con el arte y con la cultura en general, y qué pasó con los artistas que debieron trabajar la sutileza para poder seguir diciendo y viviendo. Quizás por este motivo, más allá del paso del tiempo y de los cambios positivos que estamos viviendo, cada función vuelve a ser  un estreno, por la carga y la responsabilidad que implica para nosotros lo que estamos contando”.

Con relación a los cambios que primaron en el público en las dos décadas que separan esta reposición del estreno, el actor opinó: “Cuando comenzamos, con el recordado Pelado Reinoso y Rubén Quinteros, que de algún modo fueron los ideólogos, teníamos un debate interno acerca de quiénes serían los destinatarios de esta propuesta; pensábamos que serían los nostálgicos, los que de algún modo querían evocar el pasado; siempre fue una duda hasta que todo se confrontó con el público. Los jóvenes de aquel momento se volvieron fanáticos del espectáculo, se volcaron masivamente a la entonces Sala de la Cooperación, y lo convirtieron en un suceso. Y también fueron los padres de esos chicos porque la obra pegó en ese lugar de la necesidad de decir y de escuchar la historia que todos teníamos”.

Y finalmente, Querol explicó: “Fue una manera de contar la historia de un modo lúdico, desde la música, las imágenes y la poesía. Hoy se trata de un espectáculo más costoso, con más técnica, más atado a la actualidad, y por este motivo, como es un proyecto autogestivo, no podemos tener aquella continuidad que sí nos permitía esa primera versión más artesanal”.

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