El mundo lloraba ayer al primer humano en haber pisadola Luna, el astronauta Neil Armstrong, muerto el sábado, y saludaba tanto la tenacidad y la audacia como la humildad de un hombre convertido en una “figura casi mítica”, según la prensa de Estados Unidos.
Con su “caminata lunar”, Armstrong “conmovió al cielo yla Tierra”, tituló ayer el Washington Post en relación a este taciturno ingeniero que nunca se sintió cómodo con su fama.
Caminar en la luna era para el astronauta fallecido apenas “un trabajo”, señaló por su lado el Miami Herald.
Armstrong, que con su aventura inspiró a toda una generación a lanzarse a la conquista del espacio, murió el sábado a la edad de 82 años en Cincinatti, en el estado de Ohio (norte), a causa de complicaciones surgidas tras la realización de una cirugía de corazón este mes.
La famosa transmisión en blanco y negro de su “caminata lunar”, el 20 de julio de 1969, fue vista por unos 500 millones de personas, que también escucharon sus palabras en el albor de la era espacial, que unieron a un planeta dividido porla Guerra Fría.
De hecho, el acontecimiento inspiró a un argentino, el miembro del Rotary Club Enrique Febbraro, a proponer que el 20 de julio se celebre el Día del Amigo, festejo que también adoptaron otros países.
El pionero en la aventura lunar fue condecorado por diecisiete países y recibió una serie de honores en su Estados Unidos natal, pero nunca se sintió cómodo en su papel de “famoso” y procuró alejarse de los primeros planos.
En una de las raras entrevistas que concedió, emitida por un canal de televisión en 2005, dijo que no merecía la atención que recibió por haber sido el primer hombre en pisarla Luna, seguido de su compañero a bordo del Apolo 11 Edwin “Buzz” Aldrin.
“Yo no había sido elegido para ser el primero, sino para comandar el vuelo. Las circunstancias me colocaron en ese papel especial”, aseguró.
Armstrong, casado y padre de dos hijos y abuelo de diez nietos, dejó incluso de firmar souvenirs tras enterarse que sus autógrafos estaban siendo vendidos a precios exorbitantes.
John Glenn, de 81 años, el primer estadounidense en orbitar la tierra, saludó la “audacia” de Armstrong y recordó su legendaria humildad.
“Era una persona modesta, y así lo siguió siendo después de aquel primer vuelo en tocarla Luna”, dijo el ex senador demócrata por Ohio.
Aldrin, de 82 años, afirmó a su vez que deseaba haber llegado con vida junto a Armstrong y Michael Collins, el tercer astronauta de la misión, hasta el año 2019 para celebrar juntos el quincuagésimo aniversario del vuelo del Apolo 11. “Pero no podrá ser”, lamentó.
“Cada vez que mirola Luna, me recuerda aquel momento de hace más de cuatro décadas en que me di cuenta de que a pesar de que estábamos más lejos dela Tierrade lo que nunca habían estado dos seres humanos, no estábamos solos”, sostuvo.
Armstrong “era el mejor y su ausencia se va a sentir enormemente”, dijo por su lado Collins, de 81 años.
Jean-Baptiste Desbois, director dela Ciudaddel Espacio de Toulouse (Francia), observó a su vez: “Alguien que haya visto al hombre caminar enla Lunano puede tener otro deseo más que ello vuelva a suceder” ahora en Marte, donde el robot Curiosity, de la agencia espacial estadounidense Nasa, se encuentra desde hace unos días.
“Fuente de inspiración”
Los logros de Armstrong serán siempre “una fuente de inspiración para la humanidad”, estimó el presidente dela Comisión Europea, José Manuel Barroso.
Para el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, Armstrong permanecerá en el recuerdo “como el símbolo de la manera en que el progreso científico y tecnológico puede identificarse con el progreso de la humanidad”.
Varios astronautas europeos homenajearon igualmente a su colega estadounidense.
“Hasta que nuestro planeta se extinga se hablará de Yuri Gagarin, el primer humano en llegar al espacio, y de Neil Armstrong, el primero en pisarla Luna”, declaró Miroslaw Hermaszewski, el único cosmonauta polaco.
Alejado de los micrófonos y las cámaras, Amstrong vivía hace décadas en una granja retirada de Ohio, el estado en el que nació el 5 de agosto de 1930, en Wapakoneta.
Andaba por el aire desde los 15 años cursando clases de pilotaje y había obtenido su brevet un año antes de conseguir el carné para conducir automóviles.
Para Obama fue un héroe
El presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, que en aquel julio de 1969 estaba a punto de cumplir su octavo año de vida, afirmó que la aventura espacial protagonizada por Neil Armstrong “brindó un momento de progreso humano que nunca será olvidado”. “Neil figura entre los mayores héroes” nacionales, “no sólo de la época actual sino de todos los tiempos”, afirmó el mandatario, quien dijo estar “profundamente entristecido” por la muerte del astronauta. Tras referirse a Armstrong como “un héroe americano (estadounidense) a su pesar”, sus familiares manifestaron esperanzas de que su legado inspire a las nuevas generaciones a “trabajar duro para convertir su sueños en realidad, estar dispuestos a explorar y empujar los límites y servir desinteresadamente una causa” que los trascienda.
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