Tres policías, entre ellos un ex inspector de zona, fueron procesados por los delitos de incumplimiento de sus deberes por omisión y encubrimiento agravado por su condición de funcionarios públicos, en el marco de una causa conexa a la del triple crimen de Villa Moreno.
En este expediente se investiga una serie de irregularidades en el accionar policial durante las pesquisas efectuadas para dar con los autores del asesinato de los tres militantes sociales, ocurridos el 1º de enero en la zona sur. Juan Andrés Donnola, titular del Juzgado de Instrucción de la 7ª Nominación, entendió que existió un conjunto de acciones y omisiones absolutamente irregulares que tuvieron como objetivo encubrir, ocultar o favorecer algunas situaciones, impidiendo el normal desenvolvimiento de la Justicia. A su vez, el magistrado mandó trabar embargo sobre los bienes de los procesados por el monto de 50 mil pesos a cada uno. En tanto, el entonces jefe de la comisaría 15ª –con jurisdicción en el lugar donde ocurrió el triple crimen– recibió una falta de mérito ya que, a pesar de algunas inconsistencias que se detectaron en su intervención, no se pudo determinar que su accionar se encuadre en un encubrimiento o incumplimiento en sus funciones.
A la par de la investigación que lleva adelante sobre la muerte de los militantes sociales Jeremías Trasante, Adrián Rodríguez (Patom) y Claudio Suárez (Mono), el magistrado Juan Andrés Donnola –quien está a cargo de la causa– inició una instrucción conexa en torno a una serie de irregularidades que se presentaron por parte del personal policial durante el transcurso de la investigación. El primer policía que quedó bajo la lupa fue Lisandro Jesús Martín, el oficial a cargo del destacamento ubicado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. El uniformado omitió anotar en el libro de guardia el ingreso de Maximiliano Rodríguez –alias Hijo del Quemado–, que llegó al nosocomio herido de bala durante la madrugada del 1º de enero –antes de que ocurriera el triple crimen–, hecho que no pasó desapercibido ya que la familia del joven generó una serie de incidentes en el lugar. El funcionario policial refirió que cometió un olvido por la gran confusión que había en el lugar.
Sin embargo, los argumentos del policía fueron desechados por el juez, que procesó al uniformado al entender que esta acción es el punto de partida que deja de manifiesto una eventual o posible conexión entre un hecho muy grave y la presunta negligencia, colaboración o irregularidad policial que pretendería ocultarlo, refiere el fallo. Este olvido-error parece no estar convalidado por otras constancias en el expediente, como las restantes anotaciones administrativas que lleva el Heca o un informe detallado de medicina legal del estado de salud de Maximiliano Rodríguez, y concluye que la secuencia de irregularidades tiene por designio una ocultación de la identidad de herido, sostiene el magistrado.
Otra de las irregularidades detectadas por el juez fue la forma en la que el entonces inspector de la 3ª Zona, Eduardo Carrillo, y su subalterno, Norberto Centurión, ubicaron a la novia de Maximiliano Rodríguez, quien estaba con el joven cuando fue atacado a tiros en su auto. En su descargo, el inspector refirió que no tenía ninguna relación de amistad con los Rodríguez y argumentó que al momento de la búsqueda de la muchacha, él desconocía que el joven herido y su padre –Sergio Rodríguez, alias Quemado, quien está procesado por el triple crimen– eran buscados. Esto lo dijo al tiempo que sostuvo desconocer, en esa instancia, que existía relación alguna entre el ataque a tiros al Hijo del Quemado y los homicidios de Villa Moreno.
Por su parte, Norberto Centurión –subalterno de Carrillo– refirió que su superior ordenó la búsqueda de la joven a raíz de un auto que apareció abandonado en jurisdicción de la seccional 33ª, dentro del cual había un currículum de la novia de Maximiliano Rodríguez. El policía sostuvo que habló con un informante que le suministró el teléfono del Quemado, quien contactó a la chica para que se reuniera con el policía y su superior en una estación de servicio de Dr. Riva y Ovidio Lagos, para luego llevarla a la seccional 15ª.
A Donnola le llamó la atención esta búsqueda policial casi desesperada para ubicar a una testigo cuando aún nadie estaba enterado de dónde se hallaba Maximiliano Rodríguez, a pesar de que su auto apareció baleado en jurisdicción de la comisaría 33ª. El juez sostuvo que esta situación debía suponer que el joven podría estar herido en algún hospital, adonde llegaron algunos de estos policías, quienes afirmaron que la persona buscada no estaba en el Heca y, “asombrosamente”, expresaron que no hablaron con el personal policial del destacamento, a pesar de que a esa hora ya se hablaba del Quemado como uno de los responsables del triple crimen, sostiene el fallo.
Según la resolución judicial, la novia del Hijo del Quemado fue ubicada a partir de una llamada telefónica que Norberto Centurión le hizo al Quemado, quien procura el encuentro de los policías con su nuera en una estación de servicio, lo que demuestra una serie de manifiestas inconsistencias. Además, en el fallo Donnola agrega que no hubo ordenes de ubicar a la novia del herido, ni de contactarse con Sergio Rodríguez. Tampoco existe acta del encuentro con la chica en un irregular procedimiento.
Según el magistrado, todo ello determina un conjunto de acciones y omisiones absolutamente irregulares que tienen como objetivo encubrir, ocultar o favorecer los hechos que se desencadenaron ese día, impidiendo el normal desenvolvimiento de la Justicia. Con estos argumentos, el juez resolvió procesar a los dos uniformados por los delitos de omisión de sus deberes y encubrimiento agravado.
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