Los troles ya no estarán solos. El Concejo Municipal aprobó la normalización de otra rama de vehículos eléctricos, que ahora podrán circular por la ciudad con todas las de la ley. La normativa, votada por unanimidad en la sesión del jueves 16, viene a llenar un vacío legal que tenía a maltraer a inspectores de tránsito y, sobre todo, a quienes compraron los vehículos: aunque no se note, son más de un centenar andando por la ciudad, y ya estaban legisladas en otras ciudades, como la capital provincial. ¿Son bicicletas? No, pero tienen pedales y pueden ser traccionadas con las piernas. ¿Son motos? No, pero lo parecen, aunque su velocidad máxima no supera los 40 kilómetros en la mayoría de los casos. ¿Tienen que tener patente y el conductor tiene que usar casco? Y… Nadie lo sabía, hasta ahora.
En sólo dos artículos, la nueva ordenanza da todas las respuestas. Su primer punto, sencillamente suma los vehículos eléctricos a la normativa que regula a todos. Así, el nuevo inciso de la ordenanza 6.543, el Código de Tránsito, incluirá a las bicicletas y motos eléctricas siempre que “cumplan con las condiciones de seguridad” que exige la misma normativa. Es decir, las mismas condiciones que debe cumplir una moto equivalente respecto de sus sistemas de dirección, frenos, luces, y demás condiciones que garanticen la seguridad vial.
Y el segundo artículo establece la regulación: “El Departamento Ejecutivo Municipal deberá otorgar al propietario de dicho rodado una credencial identificadora de la unidad (oblea), que le servirá al mismo para la acreditación de su registro y así permitirle la circulación en la vía pública”, dice el texto.
Aunque tardó más de lo que se esperaba, la nueva normativa – presentada por el edil radical Gonzalo del Cerro y sus pares del socialismo Pablo Colono y Viviana Foresi junto a Mariana Alonso, que concluyó su mandato en diciembre– terminó saludando la presencia de vehículos eléctricos en la ciudad: “Suponen grandes ventajas energéticas y ambientales, inexistencia de emisiones contaminantes locales, reducción de ruido, menor ocupación del espacio público urbano”, frente a los medios de transporte más comunes que son “una de las causales inexcusables de contaminación ambiental”, reconoce en los considerandos.
También admite que los vehículos eléctricos “han comenzado a circular libremente por la ciudad” sin que se encontraran sujetas “a ningún tipo de reglamentación”, reconociendo el “vacío dentro del Código de Tránsito”.
Paradójicamente, las bicicletas eléctricas venían exponiéndose desde hace años en las muestras “Rosario Solar”, impulsada y auspiciadas por la misma Municipalidad. La exposición es anual, y está dedicada al impulso y promoción de las energías limpias, de las que participan universidades como la UTN y organizaciones no gubernamentales con sus prototipos. Y también empresas: una vez al año muestran productos de fabricación propia o importados, cuya característica común va desde el aprovechamiento de la energía solar –calefones, lámparas, boyeros rurales– hasta la minimización de emisiones que dañan el medioambiente. Y allí encajan, precisamente, los vehículos de motor eléctrico.
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