¿El aumento de la tarifa de taxis ahora no importa? Por el rechazo “inminente” de los taxistas a la instalación del GPS –los aparatitos que sirven de guía para llegar a cualquier destino pero que también “cantan” la ubicación donde están– en cada unidad la pelea por la suba cambió de color. La instalación de GPS es el requisito con el que avanzan el Ejecutivo y el Concejo –que ayer dio despacho de comisión al proyecto– para admitir un incremento que sería de 43 por ciento –un 30 por ciento este mes y un 13 por ciento en noviembre– que, casi con seguridad, se debatirá el jueves en el recinto. Pero al hablar de la instalación del dispositivo de ubicación georreferencial como requisito, los taxistas se ofuscaron denunciando “persecución” del municipio. Asimismo, la reunión en el anexo del Concejo se embarró en dos sentidos: taxistas arremetieron contra el edil oficialista Manuel Sciutto a la salida del recinto, y hubo enfrentamientos entre los taxistas autoconvocados y los agremiados.
“Hace 20 años que nos vienen cagando, esto es un manoseo. Ahora nos persiguen con la instalación del GPS para labrarnos más actas que las que ya tenemos, nos meten la mano en el bolsillo. Si siguen así, no queremos nada, ni aumento ni nada”, sorprendió ayer uno de los voceros del sindicato de taxistas. Asimismo, Mario Cesca, de Asociación Titulares de Taxis Independientes (Atti), dejó ahora en segundo plano el aumento, a una semana de que la ciudad se quedara sin taxis por ese reclamo: “Sobre el 30 por ciento estaríamos de acuerdo, pero en este momento es lo que menos nos interesa”, lanzó.
Según la Municipalidad, buena parte de la flota de 3.600 taxis que trabaja en la ciudad ya cuenta con GPS. Pero muchos autos no, y lo resisten. Pero todos disparan contra el nuevo “plan de monitoreo” asociado al aparato.
Por otro lado, el oficialismo plantea que la instalación del GPS en cada unidad va en conjunto con el aumento de la tarifa. “Si no se pone GPS en los próximos 60 días, no hablamos más del aumento”, había dicho Sciutto, tiular del bloque del Partido Socialista. En medio de la reunión, en un momento de tensión, amagó con abandonar el encuentro debido a la actitud violenta que habían presentado los peones.
Luego de la misma, el concejal reconoció que esta tecnología permitirá al municipio “tener un control mucho más estricto” sobre la cantidad de vehículos en la vía pública. “Acá necesitamos estudiar la cantidad y calidad del servicio. Está claro que en horarios pico y fines de semana hay un problema serio para poder tomar un taxi. Esto nos va a permitir saber si es necesario autorizar más licencias, o bien, trabajar intensamente con las que ya existen”, explicó.
El aumento será del 30 por ciento, lo cual llevaría la bajada de bandera a 7,30 pesos y la ficha a 70 centavos. En tanto, la tarifa nocturna iría a una bajada de bandera de 8,20 pesos y una ficha a 80 centavos, pero eso será discutido recién el próximo jueves, en sesión. Si bien este resultó ser un dato menor, porque el malestar ya estaba planteado desde la exigencia de la instalación del GPS, no es un punto que los taxistas desatenderán. Cesca igual se quejó: “Nos obligan a liquidar los sueldos con la tarifa nocturna, pero si no la tratan a tiempo y no nos dan la suba pedida, nos atan las manos para pagar los salarios”.
Asimismo, el 30 por ciento de suba sería también para el servicio de remises. “Hasta ahora siempre han estado muy cerca de la tarifa del taxi y se ha pretendido que sea un servicio diferencial, por ende, este aumento es lógico”, manifestó uno de los ediles en medio de la reunión de comisión, previo a recibir a los trabajadores taxistas.
Los puntos tratados
La carpeta que tenía Manuel Sciutto en sus manos comenzó a revelar que el incremento tarifario inicial será del 30 por ciento, y el 13 por ciento a partir del 1º de noviembre. Claro que esta suba entraría en vigencia siempre y cuando desde el Ente de Transporte confirmen que el ciento por ciento de los taxis cuenta con el servicio de GPS. Fue allí cuando Mario Cesca tomó la palabra y, sin ocultar su enojo, dijo: “El del GPS tiene un rechazo unánime. No vamos a aceptar esta legislación represiva en materia de controles”.
Fuera de la reunión, el dirigente de los taxistas mencionó a El Ciudadano: “Nos vamos con una incertidumbre que no contribuye, porque queríamos terminar con el tema, pero no cierra. Ante la consulta sobre el motivo del rechazo al GPS, Cesca respondió: “Porque viene con un régimen de sanción que es terriblemente represivo. Es más, supera al sistema anterior que era de la época de la dictadura, o sea que vamos más allá de lo que padecíamos con Videla”, disparó.
Asimismo, Horacio Boix, del Sindicato de Peones, aseguró a los medios que más allá del aumento logrado en esta instancia, tanto ahora como en noviembre, “en marzo volveremos a pedir un nuevo estudio de costo porque se va a necesitar un aumento más”. Además, repitió el reclamo de presencia policial en las calles y, aclaró: “Pedimos el 65 por ciento hasta marzo, así que llegaríamos a esa cifra para ese mes”.
Según afirmaron los representantes de choferes y peones de taxi, “la reforma tecnológica que implica el pedido municipal tiene un costo importantísimo que nadie dice quién lo va a pagar. No tenemos problemas que se controle, pero que se hagan cargo los municipales sobre ese gasto, si no, va a tener que pasar a la tarifa, para que el pasajero lo pague”.