Edición Impresa

Alquiler de campos: tensiones por la soja

El productor viene de dos campañas consecutivas con importantes sequías.

A pesar de que el precio de la soja en Chicago se mantiene en niveles récord desde hace casi dos meses, los arrendamientos de campos se realizan en medio de tensiones. Es que mientras se negocian los contratos a un mes del comienzo de la siembra, la estimación de la caída en la cotización de los precios futuros por una eventual supercosecha sudamericana preocupa a los productores.

En este escenario, los arrendatarios gestionan que el acuerdo de los 20 quintales por hectárea promedio sea combinado con una parte pagada a porcentaje de producción. Más allá de que se espera una buena cosecha por la llegada de abundantes lluvias a partir de la aparición del fenómeno climático denominado El Niño, una abundante cantidad de agua podría arruinar la cosecha. Pero sobre todo, la necesidad de cubrir el riesgo es lo que impulsa al productor a realizar esa propuesta a los dueños de campos.

A valores actuales de la soja, los 20 quintales por hectárea que se cobran en las zonas más productivas del país equivalen a 24 quintales, un 20 por ciento más, a valores de mayo del año próximo en el mercado de futuros de la soja. Esa es la ecuación que al productor no le cierra. Por su parte, el dueño del campo no tiene asegurada la cobertura en dólares por las restricciones oficiales sobre la divisa, y no acepta el negocio propuesto por el arrendatario.

El resultado es que, entre otros factores, la actividad inmobiliaria rural se encuentra en retracción, pero con una leve ventaja hacia el arrendamiento, ya que la compra-venta se encuentra paralizada a partir de las restricciones al dólar. Lo cierto es que aún la discusión no termina, y a partir de que la soja superó los 610 dólares, se está negociando que valor se va a tomar para el contrato, si el del grano disponible o el valor a cosecha, en mayo de 2013. Este último ya se cotiza alrededor de 100 dólares menos en el mercado a término.

El productor, que realiza un negocio de riesgo, viene de dos campañas consecutivas con importantes sequías, y a esto se suma que ahora el arrendador teme que las reglas de juego cambien, por eso su resistencia. La posibilidad que el mercado de futuros se pesifique se convierte en más que un rumor a la hora de cerrar negocios.

Finalmente, los acuerdos en general se cerrarán en septiembre, cuando comience la siembra de soja. La cautela es la protagonista, al parecer siempre, con bajos precios internacionales y con altos valores en este contexto.

Comentarios

10