El municipio dio a conocer en las últimas horas los primeros resultados del censo que relevó a la población de recolectores informales que utilizan carros con caballos para realizar trabajos de cirujeo. Según se desprende de esa primera muestra, que incluye a unas 800 familias, un 20 por ciento, en su gran mayoría jóvenes menores de 35 y quienes tienen menos de 5 años “arriba del carro” anhela dejar la actividad en caso de tener la posibilidad de reinsertarse laboralmente en otro oficio. “Si logramos que los trabajadores informales empiecen a realizar otros trabajos, disminuiremos el uso de la tracción a sangre y la utilización del caballo como herramienta en la recolección”, sostuvo la subsecretaria de Economía Solidaria del municipio, Susana Bartolomé.
Tal cual lo informara este medio en abril de este año, la Subsecretaría de Economía Solidaria y la Dirección de Control Urbano de la Municipalidad culminaron ese mes la primera etapa del relevamiento hecho al total de los carreros de la ciudad. En ese trabajo se registraron con chips a 2.000 caballos, se patentaron 1.300 carros y también se inscribió a 1.500 familias en un registro social.
Con todo, ese relevamiento tuvo como objetivo establecer un diagnóstico de la actividad que desarrollan los carreros para planificar, repiten desde el municipio, líneas de acción sobre esta problemática. Lo cierto es que por estas horas se están procesando esos datos, y de los mismos ya comienzan a desprenderse así algunos puntos interesantes.
En contacto con El Ciudadano, Bartolomé explicó que en el municipio ya tienen en mano y procesados los datos de unas 800 familias, es decir, poco más de la mitad del total de las familias que dependen de la recolección informal.
Según señaló la funcionaria, en esos casos se detectó que existe un 20 por ciento de carreros que anhelan dejar la actividad.
La funcionaria explicó que ese porcentaje (poco menos de 200 carreros) son “mayoritariamente jóvenes menores de 35 años”. “Es una población que además en todos los casos tiene menos de cinco años arriba del caballo”, agregó Bartolomé otro dato.
En concreto, la subsecretaria de Economía Solidaria señaló luego que los jóvenes manifestaron la intención de salir del sistema, pero “siempre y cuando tengan la posibilidad de reinsertarse laboralmente en otro lugar” u ocupación.
En el Ejecutivo explican que esta población que lleva menos tiempo en la calle recolectando residuos informalmente es a la vez la que mas rápido está en condiciones de salir de ese sistema si se le brinda asistencia o vinculación en otros empleos o en microemprendimientos con una ayuda financiera inicial.
De hecho, en parte a raíz de este dato, desde el Ejecutivo local planean incorporar a partir de septiembre a varios jóvenes a cursos de carpintería, albañilería, jardinería y demás oficios que se brindan en coordinación con el gobierno nacional (ver aparte).
Con todo, en el Ejecutivo local ya comienzan a ver estos datos como positivos, ya que allí se analiza que si se logra que los trabajadores informales empiecen a realizar otros trabajos, se disminuirá el uso de la tracción a sangre y el manejo del caballo como herramienta para esa tarea, una circunstancia que a menudo es cuestionada por varias organizaciones protectoras de animales de la ciudad.
Otros resultados
En tanto, de la misma muestra se detecta que un 35 por ciento (unos 300 carreros) de los consultados estaría en condiciones de realizar alguna otra actividad relacionada con emprendimientos que procesan los residuos que hoy se separan (y que finalmente se reciclan) en la ciudad.
“Estos primeros datos nos permiten ver que también hay una porción muy importante de esta población que la identificamos como muy conocedora de las tareas de reciclado de la basura. Los cuales también están dispuestos a insertarse en este proceso”, señaló Bartolomé.
Desde el municipio señalan que la idea es incorporar de alguna manera ya para el año que viene a todo este porcentaje de carreros en el sistema de recuperación de residuos. De todas formas, Bartolomé aclaró que todo dependerá de que la ciudad incremente la separación en origen y de los convenios que el Ejecutivo celebre en el futuro con empresas privadas para ubicar el material reciclable.
En tanto, y para el final, la funcionaria señaló que el 45 por ciento de los 800 casos procesados pertenece al “núcleo más duro” si de una reubicación laboral se habla. “Este es un sector que no admite la posibilidad de dejar el caballo. Hay que encontrar una salida, ya que es la situación más compleja. Es una población más grande, propensa a tener más problemas de salud y con cierto porcentaje de analfabetismo”, señaló por último Bartolomé.
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