En menos de una década, un hombre que actualmente cuenta con 31 años fue hallado culpable de dos homicidios, ambos cometidos en la ciudad de Puerto General San Martín, donde residía. Por el primero, cometido en septiembre de 2002, fue penado en su momento con 11 años de prisión, que estaba cumpliendo cuando, en el mismo mes pero del año 2010, fue acusado de matar a puñaladas a Rubén Antonio Sánchez, durante un incidente ocurrido en medio de un picado de fútbol. Por este segundo hecho fue sentenciado a 14 años de reclusión, pena que se unificó con parte de la condena anterior, por lo que deberá purgar 20 años y 8 meses de cárcel.
La segunda pena fue impuesta recientemente por el Juzgado de Sentencia de la 4ª Nominación, por un hecho de robo y el crimen de Rubén Antonio Sánchez ocurrido en la tarde del 30 de septiembre de 2010 en un potrero ubicado en la esquina de Pitón y Rosario Vera Peñaloza, del barrio Fátima de Puerto General San Martín.
Entre los jugadores que protagonizaban el picado estaba Rubén Antonio Sánchez, de 38 años. Según fuentes policiales, en un momento hizo su aparición Juan Eduardo Ibáñez, quien directamente se acercó hasta donde estaba Sánchez y sin importarle la disputa del partido, comenzó a increparlo.
La disputa verbal rápidamente derivó en empujones, hasta que el recién llegado le ofreció un cuchillo y lo invitó poco menos que a batirse a duelo. Pero Sánchez se negó. Igualmente, Ibáñez se le fue encima y antes de que los otros participantes del partido de fútbol atinaran a separarlos, la pelea devino en tragedia, describe el fallo.
Según la reconstrucción hecha por la Policía en base a testimonios de testigos, el recién llegado primero golpeó a Sánchez en la cabeza y cuando cayó al piso lo apuñaló en reiteradas oportunidades: incluso un testigo de la causa sostuvo que lo quiso degollar, refiere el fallo.
Voceros de la causa indicaron que ambos eran vecinos y venían con problemas, y que esa tarde Ibáñez lo fue a buscar al potrero para acusar a Sánchez de propasarse con su pareja.
Tras el ataque, el agresor se dio a la fuga. Fue buscado por vecinos, quienes intentaron incendiar la vivienda de los padres del acusado en represalia por lo sucedido. En tanto, personal de la seccional 5ª de Puerto San Martín y de la Agrupación Unidades Especiales de la Unidad Regional XVII logró disuadir a los manifestantes y esa misma noche apresó al sindicado homicida, que se había escondido en el tanque de agua de una escuela. Por su parte, la víctima fue derivada al Samco de la zona donde falleció debido a las lesiones sufridas.
Meses después, Ibáñez fue procesado por el crimen y a esta imputación le sumó una acusación por un robo cometido días antes junto con varios compinches en un domicilio de José Hernández y Presidente Roca, también de Puerto General San Martín, donde resultó herido un remisero que estaba yendo a buscar a la familia que habitaba la vivienda.
Por ambos hechos el acusado llegó a juicio y fue condenado por el Juzgado de Sentencia de la 4ª Nominación, a cargo de Julio Kesuani, a la pena de 14 años de prisión.
A esta sentencia se sumó una pena anterior de 11 años que el Juzgado de Sentencia 3ª le aplicó por el homicidio de Rubén Bahamonde, ocurrido el 7 de septiembre de 2002 en la misma localidad. Ambas condenas fueron unificadas, Ibáñez fue declarado reincidente, y deberá purgar una pena de 20 años y 8 meses por los delitos cometidos.