Fiscales de Sudáfrica inculparon ayer a 270 mineros por el asesinato de 34 compañeros que fueron baleados por la policía durante un enfrentamiento mientras realizaban una huelga, en una polémica decisión que desató protestas y que fue calificada de “locura”. La matanza ocurrió el 16 de agosto en la mina de platino de Lonmin PLC en la localidad de Marikana, en el noroeste de Johannesburgo, y la policía aseguró haber disparado en defensa propia luego de que un grupo de mineros huelguistas cargara contra ellos con machetes, palos y lanzas.
“El tribunal inculpó hoy a todos los trabajadores por asesinato, de acuerdo con la ley”, dijo el portavoz de la fiscalía sudafricana, Frank Lesenyego.
Una antigua ley de Sudáfrica estipula que todas las personas detenidas en un lugar donde hubo un tiroteo que implique a policías tienen que ser inculpadas por asesinato, independientemente de si las víctimas son agentes o no.
Los policías, por el contrario, no serán juzgados a la espera de que una comisión de investigación esclarezca los hechos.
La inculpación alcanza a 270 mineros: los 259 que fueron detenidos luego de la represión policial –que fue la más sangrienta desde el fin del apartheid, en 1994–, más los heridos que fueron arrestados al salir del hospital de Marikana, donde se halla la tercera mina de platino más importante del mundo.
Lesenyego aseguró que todos ellos se tendrán que enfrentar a cargos de asesinato, incluidos aquellos mineros que estaban desarmados o que se encontraban en la retaguardia de la multitud.
Tras conocerse la acusación contra los mineros, un centenar de personas se congregó en las puertas del tribunal para protestar contra la decisión y exigir la inmediata liberación de los 264 mineros que se encuentran en el juzgado de Garankuwa.
El juez fijó la siguiente audiencia para el próximo 6 de septiembre y ordenó que continúen detenidos hasta entonces.
El dirigente Julius Malema, un ex líder de la juventud del gobernante partido Congreso Nacional Africano (CNA) que acusó al presidente Jacob Zuma de la matanza, expresó su desconcierto ante la decisión judicial contra los mineros.
“Eso es una locura. El mundo entero vio a la policía matar a estos trabajadores. Los policías que los mataron no están detenidos”, declaró a periodistas.
El conflicto en la mina de platino de Marikana comenzó por una disputa sobre los pagos y los reconocimientos de los sindicatos, los cuales convocaron una huelga de trabajadores durante tres semanas.
La huelga devino en internas sindicales con un saldo de diez muertos, antes de la intervención policial del 16 de agosto en la que murieron los 34 mineros.
Durante una visita a la mina tras los asesinatos, Zuma dijo a los trabajadores que compartía su dolor y prometió una rápida y eficaz investigación de los hechos.
