La voz de Leandro Corti suena relajada. Casi tres meses después de su inesperada salida del Ministerio de Seguridad provincial en medio de una polémica pública acerca del lugar donde se disputaría el por entonces considerado clave partido de fútbol entre Rosario Central y Patronato, ratifica los motivos de renuncia a seis meses de haber asumido: sostiene que no había posibilidad de continuar en su sillón si daba marcha atrás en su decisión de que el cotejo no se disputara en la provincia de Santa Fe, ya que de esa manera hubiese perdido poder de mando antela Policía; afirma que en todo momento sintió el apoyo del gobernador Antonio Bonfatti, incluso en las últimas horas en su puesto; defiende las medidas que tomó para intentar recortar autonomía a sectores de la fuerza de seguridad provincial, e insiste en que el concentrar dependencias policiales bajo su mando directo fue una decisión de dotar a la conducción de su cartera de un alto perfil. “Se asumía que la cuestión de la seguridad pública era el gran tema de la gestión, aunque no únicamente en la provincia de Santa Fe sino en todas las provincias”, sostuvo el ex funcionario.
Corti había asumido el 10 de diciembre pasado en un área sensible, la cual en esos casi seis meses de gestión tuvo reiteradas crisis, todas vinculadas conla Policía. Laprincipal tuvo que ver con el llamado triple crimen de Villa Moreno, ya que el asesinato de tres militantes sociales el 1º de enero pasado puso a uniformados de jerarquía en la mira. A nivel provincial, semanas antes de renunciar, Corti había tomado la decisión de quela Policíaantinarcóticos, la ex Digedrop, pasara a depender en forma directa de su propio despacho en lo que apareció como un condicionamiento parala Jefaturaprovincial y un respaldo al subjefe de Policía, Cristian Sola, quien –a la vez– quedó a cargo de Drogas.
Describió Corti su salida: “Fue un proceso sumamente complejo en donde ingresamos en una vorágine de episodios, de acontecimientos que a mí me llevaron a la conclusión, y, esto se lo dije con claridad al gobernador, a la convicción de que yo no le iba a servir más, en el mejor sentido de la expresión, como ministro de Seguridad. Cuando se producen marchas y contramarchas en este tipo de organismos, en las fuerzas de seguridad, si quien la conduce políticamente tiene algún tipo de mella en esa autoridad política ya no puede seguir intentando gobernarlas con cierta efectividad. Entendí que si yo daba contramarcha a determinado esquema de decisiones sencillamente por una cuestión claramente objetiva no iba a poder seguir ejerciendo el poder real hacia el interior de las fuerzas de seguridad”.
—Días atrás usted dijo que al asumir observó que uno de los problemas que había en la seguridad de la provincia era quela Policíanecesitaba mayor control.
—En aquel momento planteábamos quela Policíaera la herramienta central para poder construir seguridad pública; el funcionario policial en definitiva es la cara visible del gobierno de la seguridad pública. Entendíamos que era clave, era central poder tener una estrategia muy fuerte, muy contundente y muy clara de intervención sobre el aparato policial, sobre la institución policial. Por eso también razonábamos quela Policíaera parte del problema pero también parte de la solución para poder comenzar a generar nuevas estrategias de intervención y en definitiva tener más efectividad, más eficacia a la hora de poder aumentar los niveles de seguridad pública en la provincia de Santa Fe. Entendíamos que había que tener una mayor injerencia política sobre el funcionamiento del gobierno de la seguridad pública en general y en ello va también sobre la institución policial; por eso para nosotros era importante consolidar determinados instrumentos de control. Todo lo que se comenzó a hacer a partir de lo que fue la reconfiguración del rol de la conocida Dirección de Asuntos Internos dela Policíafue para nosotros una línea de trabajo muy importante para poder aumentar justamente el caudal político sobre la institución policial.
—¿Qué sintió el día que Rosario Central perdió contra Patronato?
—Yo ya estaba, como dicen los chicos, en otra película en ese momento. Creo que lo del partido fue una anécdota. Pero lo digo con respeto y también con mucha vehemencia: tienen que empezar a poner las barbas en remojo los dirigentes de las instituciones de deportes. Es público y notorio todo lo que está sucediendo en cuanto a la violencia ligada al fútbol, las relaciones espurias que existen entre los dirigentes de las entidades deportivas e integrantes de las denominadas barras bravas, los cruzamientos que existen entre estos actores y determinados circuitos de ilegalidad como por ejemplo el narcotráfico.
Pocas semanas antes de renunciar, Corti determinó que la ex Digedrop pasara a depender directamente de él, entre otras determinaciones que causaron un cimbronazo en la opinión pública: “Entiendo que había que tomar determinadas decisiones serias. En orden a eso, se avanzó en lo que fue la reformulación del área de Drogas Peligrosas, de trata de personas, de Tropa de Operaciones Especiales. Yo entendiendo que me parecía que podía ser mucho más efectivo traspasar esas áreas a la dependencia inmediata del Ministerio de Seguridad, porque estábamos advirtiendo claramente que el problema de la narcocriminalidad era sumamente serio y gravitante, y que había que tratar de empezar a desandar para empezar a resolver algunas cuestiones vinculadas con la problemática de la violencia urbana, que hoy está aquejando a los grandes centros urbanos”.
En este sentido, Corti se refirió a algunas resistencias a los cambios hacia el interior de la fuerza: “Cuando se toma la decisión política de meter algo de mano en toda la problemática de la narcocriminalidad y como esto se conectaba con el funcionamiento dela Policía, creo que evidentemente se empezaron tal vez a dar determinados efectos que son lógicos, esperables en cualquier proceso de transformación que uno tiene que plantearse. Pero la idea era seguir a pesar de esas resistencias, porque creo que ese era el desafío. En esto hay que ser sumamente cuidadosos porque a veces está la tentación de algunos actores políticos en pensar que se pueden llegar a dar algunos pactos de gobernabilidad con la institución policial y esto no implica demonizar a la institución policial, porque sería una simplificación y sería faltar a la verdad, pero sí tener una mirada muy realista de cómo funciona una estructura de estas características, donde hay una multiplicidad de intereses económicos, donde hay una multiplicidad de actores divergentes. La política no es un todo homogéneo, entonces son todas variables que hay que calibrar con mucha sintonía fina para poder garantizar determinados procesos de transformación. De modo que yo ahí empecé a advertir determinadas señales, aunque sea gestualmente, cuando se empezó a tratar de injerir en lo que es el área de Drogas Peligrosas”.
Consensuar políticas
En las últimas semanas hubo duros cruces entre oficialismo y oposición enla Legislaturaa partir de episodios ocurridos en General López: la denuncia de un fiscal provincial que dijo haber sido amenazado, el desplazamiento de la cúpula de Drogas de ese departamento y la decisión de un juez federal de anular un procedimiento llevado adelante por estos mismos policías relevados.
“Tiene que existir un acuerdo político, un consenso serio, en por los menos cinco o seis ejes, en orden a cuál debe ser el norte, el rumbo a seguir en el gobierno de la seguridad pública. Acuerdo político en donde tienen que sentarse con mucha racionalidad y mucha madurez y dejando las mezquindades aparte los actores gubernamentales del oficialismo, de la oposición, del poder judicial.
Un acuerdo que no sea tan ambicioso o con muy pocas pretensiones, muy básicas, pero sí creo que tiene que ser sumamente honesto, genuino, y creo que la seguridad pública no está hoy por hoy para ser rifada por mezquindades políticas o esto que solemos ver como la política barata”, describió Corti.
“Saludable”
Pese a que los índices de criminalidad, como por ejemplo la cantidad de homicidios, se mantuvieron estables, hubo episodios como el triple crimen que conmocionaron a la opinión pública. “Hubo por parte de la sociedad civil y en los medios de comunicación, una mayor preocupación y mayor visibilidad de estos episodios. Creo que esto es saludable”, reflexionó el ex funcionario.
Programa de radio
Este reportaje a Leandro Corti se desarrolló una semana atrás en el programa de radio Feos, Sucios y Malos, que se emite cada lunes de21 a23 por FM 103.3 Radio Universidad Rosario (www.unr.edu.ar). Forman parte del equipo los dos periodistas de El Ciudadano que firman esta nota junto con Sergio Naymark y Leonardo Graciarena, ambos del diarioLa Capital.